Oficios con futuro
El mercado no puede con la saturación de licenciados

<STRONG>Oficios con futuro<BR></STRONG>El mercado no puede con la saturación de licenciados

Efe Reportajes. Europa necesitará para el año 2015 unos 12,5 millones de profesionales  liberales cualificados y universitarios graduados con un buen expediente. A causa del envejecimiento de la población, el Viejo Continente también necesitará de personas que sepan arreglar una avería doméstica, hornear pan o manejar una máquina complicada. Los oficios más demandados tienen tanto o más futuro que las profesiones liberales.

Destacados.  — Han logrado mejores oportunidades quienes optaron por una especialización cualificada para un nicho de mercado difícil de llenar debido a la gran demanda.

— Técnicos de mantenimiento electrónico, electromecánicos, torneros fresadores, ajustadores de moldes plásticos, mecánicos de automóviles de gama alta e híbridos, son algunos de los oficios más demandados.

— La artesanía también tiene excelentes perspectivas aunque las habilidades manuales son más difíciles de transmitir.

Una licenciatura con buen expediente académico en Medicina, Leyes, Periodismo, Economía o Arquitectura ha constituido el sueño de millones de universitarios en los últimos decenios. No obstante, el mercado no ha podido absorber tal saturación de licenciados, muchos de los cuales tuvieron que rebajar sus expectativas profesionales y acabaron aceptando trabajos de una categoría inferior a su preparación académica, en general muy mal pagados.

El futuro se plantea ahora distinto. Según previsiones de organismo internacionales, Europa necesitará para el año 2015 unos 12,5 millones de profesionales  liberales cualificados y universitarios graduados con un buen expediente. A causa del envejecimiento de la población, el Viejo Continente también necesitará de personas que sepan arreglar una avería doméstica, hornear pan o manejar una máquina complicada.

Hasta la fecha, han logrado mejores oportunidades quienes optaron por una especialización cualificada para un nicho de mercado difícil de llenar debido a la gran demanda. Un experto en biotecnología, en ciencias ambientales o en robótica, por ejemplo, tiene más posibilidades de lograr un empleo bien remunerado hoy que un abogado o un economista sin especialización.  Pero estas profesiones novedosas requieren, además, de un dominio de la informática y de la tecnología, del conocimiento de idiomas (inglés por encima de todo) y capacidad de organización.

Investigación e Innovación.  La presidenta de Microsoft Ibérica, la española Rosa María García, ha aventurado por su lado un mal futuro a aquellas profesiones que puedan ser sustituidas por la labor de una máquina y que no estén ligadas a la investigación y la innovación.

La ejecutiva es partidaria de que los jóvenes recién licenciados en ciencias e ingenierías que pongan en práctica, si las tienen, ideas de renovación tecnológica y aprendan a mantener una relación emocional con el cliente con el fin de ofrecerle productos integrados de una misma compañía. Esta premisa les abrirá las puertas de un porvenir profesional de lo más prometedor.

Hay jóvenes sin embargo que, por razones personales o académicas, optan por aprender un oficio, o una titulación de grado medio, que les permita lograr un nivel de vida digno. El camino por recorrer suele ser más duro que el de un universitario pero, con un poco de suerte, un obrero especializado puede colmar mejor sus expectativas profesionales y económicas.

Un buen fontanero (plomero), un panadero que sepa hornear bien distintas clases de pan o un obrero capaz de manejar con soltura máquinas tan complejas como una tuneladora están muy demandados en estos tiempos si bien el ejercicio de estos oficios implica pasar frío o calor y estar expuesto a olores y sustancias no deseados.

Técnicos de mantenimiento electrónico y de maquinaria industrial, electromecánicos, torneros fresadores, ajustadores de moldes plásticos, mecánicos de automóviles de gama alta e híbridos, protésicos dentales y fisioterapeutas son reclamados constantemente por las compañías grandes y pequeñas si echamos una ojeada a las secciones de ofertas de empleo de los diarios.

En España, los oficios están canalizados básicamente a través de estudios de Formación Profesional en centros públicos. Los módulos de formación profesional con más salidas laborales son los de rama sanitaria especializada en geriatría, la de informática y la de imagen personal (peluquería y estilismo), según se puso de manifiesto en la feria Educ@emplea, recientemente celebrada en Alicante (este). Los responsables de la muestra aseguraron que se trata de oficios todavía con pocos titulados. 

Manos artesanas

Para ser un buen peluquero o estilista hay que tener, no obstante, unas habilidades manuales especiales porque este oficio está más próximo a la artesanía, como lo están también una costurera fina, un hábil repostero, un marmolista o tallador habilidoso, un gemólogo (experto en distinguir las piedras preciosas) intuitivo, un diseñador de joyas o bisutería, un cestero o un ceramista. La artesanía  tiene excelentes perspectivas aunque las habilidades manuales son más difíciles de transmitir. Muchos de estos últimos oficios se han transmitido de padres a hijos en generaciones recientes. En nuestros días esa tendencia se ha quebrado y al artesano le acecha la máquina suplantadora de sus habilidades manuales.   

El lado negativo de los oficios es que hay más riesgo de sufrir accidentes en su desempeño que en otros ámbitos laborales.  No obstante, los resultados del último estudio europeo «Stress Impact», sobre el impacto del estrés en el absentismo laboral, señalan como profesiones de «alto riesgo» las de maestro, enfermero, policía o médico, y demuestra que las bajas laborales ocasionadas por el estrés están causadas por situaciones inherentes al propio trabajo y no por incidentes estresantes ocasionales. 

Zoom

La globalización

La globalización de la economía, que ha ocasionado una intensa competencia, el cambio de una sociedad eminentemente industrial a una economía de servicios y los rápidos cambios tecnológicos, que permiten al individuo estar permanentemente localizable, «han reducido el descanso real de los trabajadores y esto ha repercutido en un incremento del estrés».  Y del estrés al riesgo de accidente solo hay un paso.

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