Cuando te conviertes en testigo ocular de escenas como la que muestra la  foto de la derecha, seguramente habrás pensar mil cosas sobre los padres que encima de permitir este trabajo forzado, en muchos casos obligan a pequeños menores de cinco años a realizar estos famosos “oficios”, que se convierten con el devenir de los días en odiosas tareas que además de contrariarles les pueden llegar a enfermar. Ni los niños ni las niñas se hicieron para realizar estas difíciles tareas, es impensable que este tipo de tareas sean realizados por pequeños cuyo peso es inferior por muchas veces al que se les obliga a cargar.

A consecuencias de esos “inocentes oficios”, como muchos padres suelen decir, a muchos pequeños les salen hernias, que al descuido de sus progenitores corren el riesgo de estrangularse y resultar fatales para esos angelitos. Además pueden recibir golpes al resbalarse la descomunal carga o pueden accidentarse al ser atropellados por algún vehículo que al pasar veloz no logre verlos por su escasa estatura.

Esa es una tarea de adultos y no de niños, pero parece que hay muchos oídos convenientemente sordos a esta realidad.

Otras tareas peligrosas para los chicos son fregar trastes de cristal u objetos cortopunzantes como cuchillos, cubiertos o tijeras.

Realizar tareas agrícolas o ponerles a “alegremente desyervar el jardín” es igualmente peligroso ya que pueden insolarse y deshidratarse al exponerse al sol tantas horas, además de que pueden recibir picaduras de insectos o presentar alergias al verse obligados a estar en contacto con toda serie de plantas.

Inclusive pueden llegar a envenenarse al ingerir alguna planta, que por su condición de niños no logren distinguir que no es comestible.

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Esos oficios …

Hay muchas maneras de fomentar el valor de la responsabilidad en los niños, no le conminamos a que no le pongan ciertas responsabilidades en casa, pero si que estas en verdad sean apropiadas para sus edades, como por ejemplo arreglar su cama, llevar la ropa sucia a su lugar, organizar sus útiles y sus zapatos y hasta ayudarle a regar las plantas o a llevar la ropa a lavar.

A la hora de ponerles una asignación, recuerde que son niños y  no pequeños adultos, el trabajo de ellos es vivir plenamente su niñez.