«Ojalá que en unos años podamos hablar por fin de un turismo cultural hacia RD»

«Ojalá que en unos años podamos hablar por fin de un turismo cultural hacia RD»

POR LEÓN DAVID
Doña Margarita Copello de Rodríguez, una de las más sensibles, cultas y exquisitas damas de nuestro país, ha sido desde hace muchos años alma y corazón de la FUNDACIÓN SINFONÍA, institución consagrada por entero a respaldar la música clásica y a dar apoyo a la Orquesta Sinfónica Nacional.

Con motivo del recién transcurrido Festival Musical de Santo Domingo, dedicado a la música española, hemos considerado oportuno entrevistar a la infatigable Presidenta de la Fundación Orquesta Sinfónica Nacional, Margarita Copello de Rodríguez.

P. ¿Cómo surgió la idea del Festival Musical de Santo Domingo?

R. Hace exactamente diez años. El Maestro Entremont había venido invitado por la fundación a dirigir un concierto con nuestra OSN. Quedó feliz con la orquesta, el Teatro Nacional, el público, en fin, con esta maravillosa y hospitalaria ciudad…y entonces nos propuso hacer un festival bienal de nivel internacional. La idea nos sedujo desde el principio, en primer lugar porque hemos creído siempre en la excelencia artística y porque además teníamos la convicción de que el público dominicano estaba preparado para recibir ese regalo del gran repertorio sinfónico clásico. Era también la oportunidad de convertir nuestra ciudad en capital cultural del Caribe y así contribuir a presentar una imagen vibrante, moderna y culta de nuestro país. Finalmente, pero de manera fundamental, estaba la idea de continuar consolidando el apoyo de Sinfonía a la OSN. Realizar un festival de esta naturaleza de seguro contribuiría a aumentar cuantitativa y cualitativamente la ayuda que dábamos a la Orquesta.

P. Esta edición del festival dedicada a la música española, ¿qué acogida ha tenido por parte del público?

R. Extraordinaria. Creo que la programación ha sido uno de los factores claves del éxito que está teniendo el festival – las boletas se habían prácticamente agotado antes del concierto de apertura. Y es que la música de España de alguna manera también nos pertenece.

P. ¿Qué dificultades ha debido superar la fundación Sinfonía para echar adelante el proyecto de este festival?

R. Realmente, hemos sido muy afortunados al contar con el apoyo de un magnífico grupo de patrocinadores. Ellos además han sido muy generosos al brindarnos en todo momento su valiosa orientación. Fundamental ha sido por otra parte el respaldo del sector público a través de las Secretarías de Cultura y Turismo.

El festival es el resultado de un inmenso esfuerzo conjunto en el que participan múltiples actores. El equipo de Sinfonía, aunque pequeño, realiza un trabajo formidable. Tenemos un grupo muy entusiasta de voluntarios que ayudan en gestión de recursos, promoción, etc. ¡Los medios de comunicación…! Su respaldo es esencial. Creo que la clave es el trabajo; de alguna manera todos estos actores saben que su esfuerzo beneficia una labor seria y cuyos frutos están a la vista.

P. ¿En que beneficia a nuestra orquesta sinfónica participar en un festival como este?

R. Los beneficios son varios. En primer lugar, nuestros instrumentistas tienen la oportunidad de enriquecerse profesionalmente gracias al contacto con los excelentes músicos que vienen para formar la Orquesta del Festival. ¡Imagínate! Nada más y nada menos que músicos de la Orquesta de Cámara de Viena o la de Cadaqués, por ejemplo.

Por otro lado está el aspecto económico, pues después del festival cada instrumentista recibe una gratificación extraordinaria, que representa una de las más sustanciales ayudas de Sinfonía a la OSN.

P. ¿Qué importancia tiene en el orden nacional e internacional el Festival Musical de Santo Domingo?

R. En el mundo moderno, los festivales de música, teatro, danza, cine cumplen una función social y cultural importante. Aquí se celebran distintos festivales, algunos anuales, otros bienales como el nuestro. Cada uno tiene sus características particulares, pero creo que todos son muy apreciados por el público.

El Festival Musical de Santo Domingo aspira además atraer un público de fuera, de Estados Unidos y países del área del Caribe y América del Sur. Hasta ahora, hemos tenido visitantes muy distinguidos que vienen atraídos por el prestigio del maestro Entremont. Creo que esta tendencia se irá cimentando en el futuro. Ojalá que en unos años la mitad del público sea de visitantes extranjeros y podamos hablar por fin de un turismo cultural hacia República Dominicana.

P. Háblenos de la Fundación Sinfonía. ¿para que surgió? ¿qué actividades realiza? ¿ha cumplido con los propósitos para los que fue creada?

R. Sinfonía fue fundada por Pedro Rodríguez Villacañas en el 1986, un momento en que la OSN pasaba por una crisis particularmente aguda. Su misión se definió entonces como contribuir en la consolidación económica y artística de nuestra primera institución musical.

Actualmente, Sinfonía aporta cada año los gastos operativos de la OSN. Esto comprende la realización de la temporada anual sinfónica, todos los conciertos extraordinarios, etc. Aparte de eso, Sinfonía hace un aporte en bonos como el del festival, el de vacaciones, regalía pascual etc. a los instrumentistas que así complementan el salario que reciben.

Pienso que, como toda tarea, siempre sentimos que está incompleta y que necesitamos hacer muchas cosas más. ¡Nos preocupa tanto la formación de músicos! Este es nuestro compromiso, continuar adelante.

P. ¿Cómo podemos lograr que la música clásica se difunda más en nuestro país?

R. Pues haciendo más conciertos. De todo tipo: didácticos para niños y jóvenes, los populares en parques, en el interior del país, etc. hemos visto como son recibidos y es maravilloso.

P. ¿Quién es Margarita Copello de Rodríguez?

R. Esta pregunta me frena… y sólo pienso en lo que quisiera ser. Quiero poder amar todo lo bello y tener la capacidad de descubrirlo en todos los órdenes de la vida y las personas; ser agradecida de las diferentes inteligencias, talentos y bondades que me rodean; y sentir el inmenso privilegio de haber tenido a Pedro, nuestros hijos, nietos, Sinfonía, sus miembros y mis compañeros de trabajo, y con ellos ayudar a la institución que nos da el placer de la música, la OSN. ¡Al final, la vida es un reto constante, y puedo concluir con que soy persistente y dichosa!

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