Al Ministerio de Trabajo le costará ponerse más activo en la vigilancia de las violaciones a las normas laborales que se cometen en algunos centros de trabajo, incluyendo algunos que disfrutan de las condiciones privilegiadas como las zonas francas. Los trabajadores de call centers denuncian que son víctimas de descuentos salariales por el tiempo que no están en el teléfono por ir al baño o por ir a almorzar, incumplimiento de las normas de maternidad, maltrato verbal, despidos abusivos, acoso, variación en las comisiones y violación de la Ley de Seguridad Social, entre otros abusos. Tomando en cuenta que estos establecimientos emplean a unas 50 mil personas, el número de afectados por esas condiciones laborales debe ser considerable.
Las quejas por maltrato la sustentan los sindicatos de trabajadores de los call centers Xerox, Vixicom/Provitel, Altice-Tricom, Convergys/Stream y Alorica, quienes sostienen que han fracasado en los esfuerzos que han hecho tratando de entablar diálogo con los encargados de estos establecimientos para tratar el tema de las condiciones de trabajo. Es necesario que los inspectores del Ministerio de Trabajo hagan una labor de investigación sobre este problema laboral. Las empresas radicadas en el país tienen que acogerse a las leyes laborales vigentes o a los acuerdos que rigen para las zonas francas. Hay que ponerle freno al abuso laboral.

Indocumentados en su propio país

Nuestro país ha hecho costosos esfuerzos para enfrentar el problema de los indocumentados extranjeros que se han radicado aquí, pero no se explica que a estas alturas haya dominicanos indocumentados y marginados del derecho a tener una identidad. Hemos avanzado en eliminación de la pobreza, pero no lo suficiente como para ponerle fin a situaciones de marginación que afectan a nuestra propia gente.
Un trabajo publicado en la página 8E de nuestra edición de este lunes ilustra casos de familias que, por razones ignoradas, carecen de documentos de identidad. Creemos que la Junta Central Electoral debe ocuparse de hacer una investigación y encaminarse a resolver cada uno de los casos de indocumentados dominicanos. La falta de una identidad propia es uno de los peores signos de marginación y pobreza.