¡Ojo con el desenfreno!

¡Ojo con el desenfreno!

Las frías estadísticas quizás no sean tan elocuentes, pero lo que se observa en el país es un consumo de alcohol sin aparentes límites, control o reglas.

Aunque la Ley 42-01 es bastante clara en cuanto a restricciones se refiere, lo que se ve en los principales establecimientos de diversión de la capital, Santiago y otras poblaciones, es diferente.

El consumo de bebidas alcohólicas entre la juventud va creciendo.

Lo que comenzó como un hobby, un encuentro de compañeros de aulas los fines de semana, se ha ido tornando en hábito.

Alcohol y tabaco se han hecho aliados inseparables de una ‘muchachada’ que da riendas sueltas al consumo.

Los bares o tiendas de licores se expanden, y los días de concurrencia a esos lugares de esparcimiento se incrementan.

La desbordada afición por el “trago social” va ocupando otros espacios.

No obstante las campañas sobre el “consumo responsable”, el mensaje constituye letra muerta para una población que no alcanza los 18 años. Preocupante.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) el consumo excesivo de alcohol provoca 2.3 millones de muertes prematuras anualmente.

El organismo estudia una estrategia global para combatir la ingesta ilimitada.

Alcohol sin control puede conducir a peligrosos estados de ánimo.

No hay que ser experto en conducta humana, para no visualizar las consecuencias funestas de tales hábitos.

Sólo nos resta confiar en una acción orientadora, que evite el desenfreno.

La familia, en actitud responsable, puede ayudar mucho. ¿Lo hará?

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