Recientemente la Oficina Supervisora de Obras del Estado entregó de manera formal el nuevo Mercado de Villa Consuelo al Ayuntamiento del Distrito Nacional para que este a su vez haga la distribución de los locales comerciales que lo integran.

 Esa obra ha sido esperada por décadas, no solo por quienes hacen vida de negocios en el área, sino también por la comunidad, que ve ahora una oportunidad de reorganizarse en términos urbanísticos. La obra fue terminada por el gobierno central a pesar de la desidia y oposición de la actual administración municipal, la cual ha dado muestras más que fehacientes de no tener interés alguno por el mejoramiento de los mercados del DN.  Por eso  que he querido llamar la atención de todos los actores vinculados al tema, pues ha llegado la hora de la repartición. Sin embargo, quisiéramos tener garantías de que será una distribución justa y no una «garata con puños» para favorecer a amigos, relacionados y funcionarios edilicios. Es preciso que las organizaciones sociales y de comerciantes en Villa Consuelo, en términos deportivos, mantengan un «gardeo hombre a hombre y cancha a cancha» durante todo el proceso de adjudicación de esos locales, para que las autoridades se acojan al censo que por años define quienes deben ser los  beneficiarios del nuevo mercado y no barajar el juego y empezar de nuevo, como algún regidor capitaleño propusiera. Otro punto interesante es el relacionado con los terrenos que quedarán disponibles una vez los comerciantes sean trasladados a las nuevas instalaciones, pues estos ya están comprometidos para la construcción de una escuela primaria digna en el sector de Villa Consuelo, por lo que la comunidad debe exigir a Educación su inicio inmediato, antes de que las pitonisas, agoreros y adivinos edilicios revelen al faraón municipal que ahí se debe erigir otro templo en su honor.