¡Ojo con eso!

¡Ojo con eso!

Bonaparte Gautreaux Piñeyro
La voluntad popular ha sido estudiada de tantas maneras que cuando los sabios no dieron pie con bola sometieron las intenciones políticas al estrecho renglón de un cuadro estadístico.

Las constantes de la serie infinita de los números no son efectivas al cien por ciento, a la conducta de las personas.

Las sociedades, como las personas, no saben cómo van a reaccionar frente a determinadas circunstancias, porque no responden colectivamente a reflejos condicionados.

En política, como en otras ciencias donde actúa la voluntad del hombre, muchas veces la suma de dos más dos tiene un resultado que sorprende si tomamos en cuenta que en nuestra sociedad, por ejemplo, no hay justicia y la administración de la Constitución y las leyes cae, una y otra vez, en manos equivocadas.

Las emociones y las intenciones de una colectividad son tan caprichosas, en ocasiones, como las del viento, que se forma, se entrecruza, se arremolina y arrasa con todo lo que halla en su camino.

O puede que sean como las aguas de un pequeño río de corriente continua que un día se rebela y ayudado por las aguas de las lluvias que le caen en la cabeza, se lleva hombres, animales, casas, tierras.

El candidato y otros dirigentes del Partido de la Liberación Dominicana tienen tan extraordinaria fuerza de cara que les permite decir, opinar, maldecir y sostener opiniones, informaciones, con un convencimiento tal que parece que creen las mentiras que pronuncian.

Son equilibristas de la palabra engañosa, del sofisticado gesto con el que el mago envuelve un pañuelo de gasa para ocultar un huevo y soltar al aire una paloma.

Pretenden engañarnos como los habitantes de la ciudad de Hamelin, del cuento de los hermanos Grimm.

Según investigaciones recientes un grupo revolucionario rodeó la ciudad de Hamelin durante meses, cuando los sitiados no tenían qué comer acabaron con los ratones pero les dio escrúpulos decirlo y crearon el cuento del flautista que supuestamente encantó los ratones y se los llevó y cuando no le pagaron lo que habían convenido tocó su flauta y se llevó todos los niños del pueblo los cuales habían sido escondidos en un pueblo vecino.

El candidato del Partido de la Liberación Dominicana pretende que creamos que los cuentos de los Hermanos Grimm, los de Hans Cristhian Anderson y los de otros escritores forman parte de la historia y nos los quiere enseñar como una materia que le permita engañar, mentir, ofrecer lo que no va a cumplir para, finalmente, burlarse de todos y hacer lo que no prometió pero le beneficia.

¿Acaso los túneles de la 27 de Febrero y Las Américas y los elevados de la Kennedy, acabaron los tapones o los hicieron más pesados y largos?

¡Ojo con esta gente! cuando dice buenos días es de noche y creen que las luces de la televisión nos ciegan a todos.

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