Ojo con la nueva receta del FMI

Ojo con la nueva receta del FMI

El país necesita, sin duda, mantener y ampliar la estabilidad de la economía. Hasta el 31 de enero la disciplina era regida en base al recetario del Fondo Monetario Internacional (FMI), a través de un acuerdo Stand By que el país ha cumplido de manera exitosa.

Hay quienes aconsejan un nuevo acuerdo con el FMI y éste, sin pérdida de tiempo,  ha recetado nuevas disciplinas, entre las cuales se cita una nueva reforma fiscal que amplíe la cobertura impositiva, control del gasto público, limitación de los subsidios energéticos y rediseñar y aumentar el gasto social para que llegue a los pobres.

 Hablar en este país de ampliar la base impositiva sin resolver la gran evasión fiscal en los sectores más poderosos, y además limitar los subsidios energéticos, parece contradecir las propias recomendaciones del Fondo, pues ambas tendrían efectos adversos sobre las capas más pobres hacia las cuales el mismo organismo aconseja se dirija el aumento del gasto social. Está bien que se insista en reducir el gasto público y en que mejore la efectividad recaudadora para lograr que grandes capitales tributen lo que corresponde. El Gobierno tiene que resistir las tentaciones del proceso electoral y la aspiración releccionista, ponerle freno al gasto público y transferir el ahorro hacia el gasto social, pero una reforma fiscal para ampliar la base impositiva no parece prudente.

 

Derrota sin tiros para las FARC

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) acaban de ser derrotadas de una manera contundente, por miles de ciudadanos de ese país que se han manifestado simultáneamente en varias partes del mundo. El desacreditado estilo del terrorismo y el secuestro, sumado a la ausencia de basamenta ideológica y de principios   de alcance social, sin duda ha catalizado esta derrota, que debería inspirar en ese grupo sedicioso una renuncia a las armas y el genocidio.

El relativo crédito inicial de las FARC se fue desgastando por los secuestros y asesinatos en masa de campesinos que cometía, y empeoró desde que sus relaciones con el narcotráfico fueron puestas en evidencia. Para un pueblo como el colombiano, decidido a vivir en democracia, las FARC representan un desfase histórico,  un quiste maligno. Eso ha quedado demostrado en esta manifestación de los colombianos en  todas partes del mundo, que  han derrotado a las FARC sin disparar un tiro.

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