Ojo con la Vista
Infecciones por herpes

<STRONG>Ojo con la Vista<BR></STRONG>Infecciones por herpes

La manifestación inicial de la infección corneal por herpes simple (queratoconjuntivitis ) puede parecer una infección bacteriana leve porque los ojos están ligeramente doloridos, llorosos, rojos y sensibles a la luz. La inflamación de la córnea nubla la visión.

Sin embargo, la infección por herpes no responde a los antibióticos, como haría una infección bacteriana, y suele empeorar cada vez más. Con mayor frecuencia, la infección produce sólo ligeros cambios en la córnea y desaparece sin tratamiento. En muy raras ocasiones, el virus penetra profundamente en la córnea, destruyendo su superficie. La infección puede ser recurrente, dañando aún más la superficie de la córnea. Las recurrencias pueden acabar en ulceración, cicatrización permanente y pérdida de la sensibilidad cuando se toca el ojo.

El virus del herpes simple también puede provocar un incremento en el crecimiento de los vasos sanguíneos, empeoramiento de la visión o pérdida total de la misma. El médico puede recetar un fármaco antivírico, en forma de pomada o solución que se aplica sobre el ojo varias veces al día. En ciertos casos, deben administrarse otros fármacos por vía oral. El herpes zoster es un virus que crece en los nervios y puede diseminarse por la piel, provocando lesiones muy típicas.

Esta enfermedad no necesariamente afecta al ojo, incluso cuando aparece en la cara y la frente. Pero si la división oftálmica del quinto nervio craneal (nervio trigeminal) resulta infectada, esta infección probablemente se extienda hacia el ojo. Esta infección produce dolor, enrojecimiento e hinchazón de los párpados. Una córnea infectada puede hincharse y resultar gravemente dañada y desarrollar cicatrices. Las estructuras por detrás de la córnea pueden inflamarse (uveítis) y la presión del ojo puede aumentar (glaucoma).

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