Durante las últimas semanas el tema que ocupa la atención de los dominicanos tiene que ver con la palabra “Relevo”, producto al incremento de las acciones que se vienen dando a lo interno de algunas organizaciones políticas en el país, encabezado por el Partido Revolucionario Moderno (PRM), el cual se prepara para celebrar su primera convención para elegir sus autoridades el próximo día 18 de este mes.
La eternización de miembros en los organismos de los partidos, es una práctica constante en la República Dominicana. En el PRD no existe la renovación desde que Miguel Vargas asumió su presidencia. Los reformistas desde la muerte de Balaguer, solo han cambiado de presidente y por las mismas causales. El PLD viene prolongando su restructuración extendiendo mandatos y ampliando la matrícula de sus organismos. Y ni decir de los famosos partidos emergentes, que tienen direcciones perpetuas.
En esta semana los amigos Joselito Feliz y Cristian Beltré, presentaron su renuncia a sus posiciones de subsecretarios de la juventud del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), bajo el argumento de generar la apertura y oxigenación de su organización y la vida política dominicana.
La convención en el PRM y que en el PLD empiecen a verse movimientos como el de estos jóvenes, es para saludar, pues tan solo la intención es un gran paso. Sin embargo, no dejamos de enviar una mala señal, ya que el relevo en una verdadera democracia, nunca debe estar subordinado a la desaparición física o la renuncia de quienes ostentan alguna posición dentro de un partido político.
“Todas las fechas se cumplen”, reza una frase muy popular, misma que nuestros políticos no son capaces de comprender, para darse cuenta que ya es tiempo de cambiar la página. “Quien no deja una impronta en 4 o 5 años, que por lo regular es el período de duración de las posiciones internas según la entidad que sea, mucho menos podrá hacer en 6,7, ni 8”, ¡digo yo!
Relevo hay en México, que cada 6 años hay un presidente diferente, y en los Estados Unidos, que un solo individuo no gobierna más de dos períodos. En España, donde el Partido Socialista Obrero Español ha tenido 3 secretarios generales en los últimos 17 años.
El relevo político lo provocan sus actores, pero para ello se requieren normas que regulen el sistema.