Ola ataques tensa nexos EU-Pakistán

<p>Ola ataques tensa nexos EU-Pakistán</p>

WASHINGTON (AFP).- La espiral de ataques de Al Qaida y de sus aliados talibanes en Afganistán provocó nuevas tensiones entre Estados Unidos y Pakistán, acusado por Washington de no luchar con suficiente energía contra el terrorismo.

Cuando Estados Unidos, frustrado de que Pakistán no haya logrado eliminar a Al Qaida de su territorio, se prepara para un nuevo enfrentamiento con la milicia talibán, el vicepresidente Dick Cheney viajó a Pakistán y le pidió al presidente Pervez Musharraf que refuerce la lucha contra el terrorismo.

La visita sorpresa del vicepresidente estadounidense y la serie de declaraciones y advertencias que lanzó el gobierno de Estados Unidos en los medios, generó preocupación en Islamabad.

“Muchos de nuestros intereses más cruciales se cruzan en Pakistán, donde los talibán y Al Qaida mantienen santuarios clave”, dijo el nuevo jefe de los servicios de inteligencia estadounidenses, Michael McConnell, en una audiencia en el senado este martes.

“Pakistán es nuestro aliado en la guerra contra el terror y ha capturado a varios líderes de Al Qaida. Sin embargo, también es una importante fuente de extremismo islámico”, aseguró. El portavoz de la Casa Blanca, Tony Snow, dijo el lunes que “se necesita hacer mucho más” para combatir a los elementos terroristas en Pakistán, aunque añadió que Pakistán está comprometido a hacer todo lo posible.

Pero dadas las complicadas relaciones entre Estados Unidos y Pakistán, altos funcionarios estadounidenses han rechazado la idea de que Cheney haya viajado a Islamabad sólo para darle una advertencia a Musharraf.

“He visto informes de prensa que dicen que ‘Cheney fue allá (Islamabad) a retarlo’, eso no es cierto”, dijo un alto funcionario del gobierno de Bush que viajó con el vicepresidente. El funcionario no dio detalles de las conversaciones entre Cheney y Musharraf, pero dijo que el líder iraní aseguró que el acuerdo con facciones tribales de la región de Waziristán del norte, pactado en setiembre pasado y que reduciría el flujo de milicias hacia Afganistán, no ha resultado como se esperaba.

Washington dijo el año pasado que el acuerdo podía funcionar de ser aplicado correctamente, pero ahora asegura que el tiempo se agotó.

“Las tribus no han acatado la mayor parte de los términos del acuerdo”, aseguró el general Michael Maples, director de la Agencia de Inteligencia de Defensa estadounidense, ante una comisión del Congreso el martes.

“La red de Al Qaida puede explotar el acuerdo para obtener mayor libertad de movimiento y operatividad”, dijo.

El acuerdo “nunca tuvo previsto funcionar con el cronograma que Estados Unidos tenía en mente”, aseguró Frederic Grare, del Instituto para la Paz Internacional, y agregó que Pakistán siempre tuvo una visión distinta del trato.

Sin embargo, no hay a la vista una vía alternativa para luchar contra Al Qaida, dadas las restricciones políticas para las tropas estadounidenses que operan en Pakistán.

Según un comunicado oficial paquistaní, Cheney expresó a Musharraf “temor” de que Al Qaida se reagrupe en las zonas tribales de Pakistán, y serias preocupaciones sobre una posible ofensiva de los talibanes.

Hace una semana, las relaciones entre Estados Unidos y Pakistán se tensaron cuando Islamabad calificó de “absurdas” las afirmaciones estadounidenses de que Al Qaida había instalado nuevos campos de entrenamiento en la zona tribal.

Hace una semana, un alto funcionario estadounidense dijo que Al Qaida había establecido campamentos en Pakistán para entrenar a pequeños grupos de combatientes para perpetrar posibles ataques en Occidente.

Los campamentos “no son muy grandes. Son pequeños”, dijo el funcionario a la AFP. “No son como los grandes campamentos que ellos tenían en Afganistán anteriormente”.

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