A demonstrator kneels in front of a burning barricade holding a bowl and spoon to show his hunger, during a protest to demand the resignation of President Jovenel Moise and demanding to know how Petro Caribe funds have been used by the current and past administrations, in Port-au-Prince, Haiti, Thursday, Feb. 7, 2019. Much of the financial support to help Haiti rebuild after the 2010 earthquake comes from Venezuela's Petro Caribe fund, a 2005 pact that gives suppliers below-market financing for oil and is under the control of the central government. (AP Photo/Dieu Nalio Chery)
Al menos 20 personas han muerto desde el inicio de julio por la violencia entre grupos armados haitianos en La Saline, una de las barriadas más conflictivas de Puerto Príncipe, denunció este viernes la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos (RNDDH).
Otras dos personas están en paradero desconocido y seis resultaron heridas de bala en los conflictos, que continúan en la zona, según dijo a Efe el director ejecutivo de la ONG, Pierre Esperance.
“Es posible que haya más víctimas. Los bandidos a veces queman los cuerpos de las víctimas y casi no hay acceso para las autoridades en estas zonas”, afirmó Esperance. La ola de violencia en La Saline se produce después de que el pasado 13 de noviembre se registrara una masacre en la misma zona, en la que murieron al menos 26 personas, según datos de la ONU, aunque grupos de derechos humanos haitianos elevan las estimativas a más de 50 víctimas. Los últimos enfrentamientos se desataron el 5 de julio entre grupos armados que están luchando por el control de La Saline desde el año pasado. Entre ellos figura la banda Nan Chabon, encabezada por Serge Alcestis, que controla la zona de Charbon; el grupo armado liderado por Jean Gesner Augustin, que controla Bwadòm; y la banda dirigida por Joël Noël, con presencia en La Saline. Todas estas zonas se ubican en el sur de Puerto Príncipe, una región donde los enfrentamientos han causado “muchas pérdidas” a los comercios en los últimos meses, ya que se ven forzados a cerrar sus puertas en los días de tiroteos.