Olga Cedeño fue alegre y solidaria
y combatía excesos

Olga Cedeño fue alegre y solidaria<BR>y combatía excesos

POR LEONORA RAMÍREZ S.
La alegría, la solidaridad y el combate a los excesos del poder son las líneas que trazaron la vida de la periodista Olga Cedeño, quien falleció la noche del viernes luego de padecer una afección cardiovascular que la mantuvo recluida por varios días en la Plaza de la Salud.

Su cadáver es velado en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln,  y será sepultado hoy, a las 9:00 de la mañana, en el cementerio Puerta del Cielo. Sus deudos son Yanela y Julissa Hernández.

Cedeño nació en Higuey el 7 de julio de 1937, y al llegar a Santo Domingo se integró a la actividad política a través del Movimiento Popular Dominicano (MPD), del partido Voz Proletaria y de los Comités de Amas de Casa que enfrentaron la represión en los primeros 12 años de gobierno de Joaquín Balaguer.

Durante varios años laboró en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD).  En 1966 fungió como secretaria de la Federación de Estudiantes Dominicanos (FED), luego trabajó en la Facultad de Ciencias Económicas y posteriormente en el Colegio Universitario, donde compartió funciones con Franklyn Almeyda, el titular de la  Secretaría de Interior y Policía, y con el sociólogo José Antinoe Fiallo.

Asimismo, formó parte de la directiva de la Asociación de Empleados Universitarios (ASODEMU).

Los estudios de periodismo los realizó en la Universidad Central del Este (UCE), y con esa profesión se desempeñó en la década de 1980 como corresponsal del Servicio Especial de la Mujer.

Cedeño también fue columnista del periódico La Noticia, y fue relacionista pública del Colegio Médico Dominicano (CMD) y del Archivo General de la Nación.

UNA AMIGA ENTRAÑABLE

Gladys Gutiérrez, dirigente del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), y una de sus más cercanas amigas, manifestó que Cedeño fue víctima de la represión «balaguerista», y su casa siempre estuvo abierta para todos los dirigentes revolucionarios perseguidos en esa época.

«Era de la generación de mujeres que,  a raíz de la muerte de Trujillo, les toco la responsabilidad de participar en movimientos por la libertad y la democracia. Olga fue una compañera solidaria, combativa y buena amiga».

Para el periodista Vianco Martínez Cedeño era una fábrica de hacer amigos, una persona muy jovial, que nunca asumió los problemas derrumbándose, fue siempre solidaria con la gente, y en los grupos de amigos ella era el alma de los encuentros».

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