SAN PETERSBURGO, Rusia (AFP) .- Brasil y el G8 contribuyeron sin duda ayer lunes a reactivar unas negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) sobre la liberalización del comercio mundial que parecían hasta ahora al borde del fracaso. Ante los líderes de las principales potencias mundiales, el presidente de Brasil ofreció flexibilidad pero también exigió responsabilidad histórica para salvar la comprometida ronda de Doha, durante una reunión el lunes en San Petersburgo (Rusia) con el poderoso G8. Luiz Inácio Lula da Silva, invitado a la cumbre del G8, utilizó este foro para intentar implicar políticamente a los grandes en esas negociaciones lanzadas en la capital de Qatar en 2001.
En una declaración, el G8 instó por su parte a un esfuerzo concertado para concluir la ronda de Doha y cumplir con sus objetivos, una histórica oportunidad para generar crecimiento económico, desarrollo y aumentar el nivel de vida en todo el mundo.