OMC,PRD y zonas francas

OMC,PRD y zonas francas

JOSÉ MANUEL GUZMÁN IBARRA
Los tiempos no favorecen a las zonas francas. El efecto de China no se ha disipado del todo, aunque ya plantea espacios que bien aprovechados pueden dar cierto oxígeno a nuestras empresas. La devaluación del tipo de cambio se muestra inefectiva y altamente costosa para el resto de los sectores empresariales y sociales.

Los chinos maniobran para que el dólar no pierda valor frente a su moneda, manteniendo las relaciones de intercambio invariables frente a EEUU, en detrimento de nuestra competitividad en relación a China.

Nuestros empresarios no hicieron lo necesario para mejorar la productividad de sus empresas cuando se vivían los tiempos de las vacas gordas.  Además, los problemas estructurales, como el de la energía, se atienden no sin dificultades, pues la misma oposición se encarga de torpedear cualquier iniciativa que busque bajar los costos de producción de energía. Así, el problema de las empresas textiles en las zonas francas es mucho más complejo y trasciende la voluntad de un gobierno. Es un problema que nos demanda mucha creatividad y responsabilidad.

Hace más de 15 años la CEPAL, entre otros organismos multilaterales, advertían al país que la estrategia de zonas francas tenía límites temporales, que se habían convertido en un enclave y que no eran suficientes como apuesta al desarrollo. La oposición, al enunciar el problema, se salta a la torera todo el proceso por el cual algunos renglones de zonas francas han confrontado problemas. Olvidan también que el PRD, al implementar el modelo durante el gobierno de Salvador Jorge Blanco,  basado casi exclusivamente en excepciones impositivas y una fuerte devaluación  sometió al país a grandes sacrificios, sin mayor sensibilidad social ni tacto político. La estrategia de comunicación, propia de un partido de oposición, es tratar de capitalizar y maximizar el descontento que pueda haber en los votantes. En ese afán la oposición tiene que apostar al olvido. Eso es lo que hace un partido fuera del poder. En el caso del PRD, sin embargo, el enorme fardo que carga y con él su candidato, afecta la estrategia, al punto que no existe un problema nacional que pueda señalar que no traiga a la memoria los errores del gobierno de Hipólito Mejía, muchos de los cuales se cometieron antes de la quiebra por fraude de tres bancos comerciales.

La ciudadanía no renuncia al legítimo reclamo; pero no ha olvidado. Exige y espera de los políticos algo más que un discurso y una pose. Exige al gobierno soluciones, pero no espera nada de la oposición. Ya ha visto de qué es capaz. La demagogia que caracteriza al partido de oposición en su intención de convencer de que se puede crear empleos con un cambio de gobierno, choca con la memoria reciente. Si algo aprendió el votante fue a desoír a aquellos que toman la denuncia alegre.

La oposición no tiene ni originalidad ni profundidad. Apenas describe problemas. La oposición debe plantear sus ideas ya, si las tiene. Si sabe cómo se resuelve ese pésimo entorno que afecta el sector zonas francas debe aportarlo responsablemente. Las iniciativas ante la OMC que buscaban, correctamente, extender el plazo de los programas de subvención a las exportaciones en el 2001 fueron llevadas a cabo por el embajador Federico Cuello, que fue «premiado» por el PRD con su destitución, cuando precisamente por llevar esas iniciativas adelante, afectó los planes norteamericanos en esa materia. El PRD puede alegar muy poco en materia de zonas francas.

No es con plagios, ni con demagogias, ni con la denuncia simple que los problemas nacionales deben enfrentarse. El tema de las zonas francas debe ser parte del debate nacional; pero tiene que ser abordado con realismo, prudencia, conocimiento y mucha seriedad. Si el PRD cree tener la solución que la explique con detalles. No sea que su idea de atender el problema sea la devaluación a la que siempre ha recurrido y que hoy, además del terrible daño que provocaría en amplios sectores sociales, sería altamente inefectiva en resolver el problema de las zonas francas. Si el PRD quiere renovarse debe ser menos ligero al abordar los problemas nacionales. El tema amerita más profundidad que la que hasta ahora muestran los líderes de oposición.

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