Con un registro cada vez mayor de contagios del virus SARS-CoV-2, con 5,201 casos nuevos en solo 24 horas, los centros de inmunización, toma de muestras y hospitalizaciones avanzan rápidamente hacia límites de capacidad.
La demanda de servicios inmunológicos, incluyendo tomografías, que arriba a clínicas, hospitales y laboratorios privados, es ya superior a la disponibilidad de especialistas y de equipos que faciliten diagnósticos.
A esos sitios está acudiendo gran número de personas atrapadas en confusión por síntomas de infecciones que lo mismo pueden deberse a simples gripes, influenza o covid, la más temida de todas y la que más incidencia podría tener.
La población, sobre todo en el Gran Santo Domingo y en Santiago, debe estar percibiendo con alarma, las señales de que la pandemia tiende a escapar de controles. Aunque su letalidad haya descendido, no deja de ser una seria amenaza para los grupos de alto riesgo y presencia en la comunidad por hipertensión, cardiopatías, diabetes y deficiencias inmunológicas, entre otras precondiciones desfavorables.
Los factores a tomar en cuenta para trazar más restricciones preventivas están en el centro de la atención de autoridades motivadas por índices de salubridad a revaluar medidas.
Es evidente el interés del Gobierno por evitar drásticas limitaciones a los desenvolvimientos sociales y económicos aunque es su deber llegar hasta donde las circunstancias lo demanden.