Ginebra.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) pidió hoy que nadie desmaye en los esfuerzos por contener la epidemia de ébola en África, tras el asesinato de ocho personas en una zona apartada de Guinea Conakry, a donde habían llegado para educar a la población sobre la manera de prevenir la enfermedad.
«Sin eso no será posible que nos escuchen y no se podrá controlar el brote», dijo el epidemiólogo, quien ha regresado a Ginebra tras trabajar un mes en Liberia para detener la propagación del letal virus.
El ataque contra el equipo de sensibilización -en el que habían periodistas, sanitarios y un pastor- ocurrió ayer en Wome, una aldea próxima al pueblo de Nzerekore, en el sureste de Guinea Conakry, donde se identificó por primera vez el actual brote de ébola, el pasado marzo.
«Las poblaciones en las zonas rurales sufren mucho y no confían en los gobiernos», sostuvo Formenty, quien consideró que este malestar es similar en Guinea Conakry, Liberia y Sierra Leona.
«No quiero juzgar a nadie, pero esto muestra la complejidad de la epidemia a la que nos enfrentamos. El ébola pone al desnudo todas las debilidades del sistema, de la política y de la sociedades, que es lo que le permite extenderse», explicó.
Recordó también que en países donde la situación es tan precaria y ante el brote de ébola más grave de la historia, «el riesgo cero no existe» para quienes participan en las distintas actividades dirigidas a su control.
Unos 250 profesionales sanitarios, por ejemplo, han resultado infectados durante esta epidemia, de los que la mitad han fallecido.
Formenty dijo que las trágicas muertes violentas de ayer le recordaban al asesinato de 4 profesores en Congo Brazaville, durante una epidemia también de ébola en 2003 y justo antes de la llegada de un equipo internacional al lugar.
«Había mucha ansiedad entre la población y algunos grupos manipularon el sufrimiento de la población con fines políticos» en ese entonces, relató.
Como aspecto positivo, el especialista de la OMS sostuvo que últimamente «hay señales de que la población en las zonas rurales empiezan a entender la enfermedad y que deben cambiar parte de su comportamiento frente a ella».
«Queremos acompañarles en este cambio de comportamiento hasta el control final de la enfermedad, pero no será tarea fácil», recalcó.
Sobre Liberia, donde la situación es más grave, dijo que el trazo más alarmante de la epidemia es el elevado número de casos en la capital, Monrovia, y que ahora se trabaja en la perspectiva de una mayor colaboración con las comunidades.
«Sin la población no se puede controlar un brote de ébola», aseguró.