Once millones de personas tendrán glaucoma en 2020

Once millones de personas tendrán    glaucoma en  2020

Oftalmóloga micro-cirujana con subespecialidad en glaucoma. Oftalmología del Hospital General de la Plaza de la Salud.
El glaucoma es una neuropatía óptica progresiva que, de forma silenciosa, provoca la pérdida de visión gradual si no recibe tratamiento. La ausencia de síntomas en las fases previas de esta enfermedad hace que la pérdida visual pueda ocurrir de manera repentina.
Es la principal causa de ceguera a nivel mundial después de las cataratas. Según estadísticas de la Organización Mundial de la Salud para el 2009 existían 4.5 millones de pacientes con glaucoma, con proyecciones de once millones de afectados para el 2020.
El término neuropatía óptica indica que existe una lesión en las células nerviosas del nervio óptico, que es el encargado de conectar y llevar la información visual desde la retina hasta el cerebro. Debido a la muerte acelerada de estas células altamente especializadas, el desenlace es una pérdida irreversible en el campo visual.
Existen diferentes tipos de glaucoma, pero el primario de ángulo abierto es el más prevalente a nivel mundial y el más estudiado. En este, el principal factor de riesgo es la presión intraocular elevada (PIO), cuyos valores promedio se encuentran entre 10 a 20 mmHg. Varios estudios multicéntricos han demostrado una relación directamente proporcional entre el glaucoma y la PIO.
Otros factores de riesgo son: historia familiar de glaucoma, edad (a mayor edad aumenta la incidencia), raza (descendientes hispanos y afroamericanos tienen tres veces mayor riesgo de sufrirlo que blancos no hispanos, además el riesgo de ceguera es seis veces mayor en afroamericanos que blancos caucásicos).
Factores intraoculares como grosor corneal fino, presión de perfusión ocular baja (que se calcula con los valores de la presión arterial y la presión intraocular). La diabetes tipo 2 y la duración de esta ha demostrado aumentar las posibilidades de sufrirlo.
Una posible explicación es los daños en la microvasculatura del nervio óptico que aumentan la susceptibilidad de este. También tenemos como factores la miopía, la migraña, hipertensión arterial o presión del fluido cerebroespinal.
En estadios iniciales del glaucoma, el nervio óptico puede verse clínicamente normal y tampoco existir un daño en el campo visual, es por ello la importancia de la evaluación oftalmológica. Durante un examen clínico rutinario, el médico le tomará la agudeza visual, medirá la presión intraocular, examinará el drenaje del ojo para ver si se encuentra abierto, cerrado o con alguna anomalía, analizará la salud o no de los tejidos oculares y posteriormente realizará un fondo de ojo, donde observará la retina, vasos sanguíneos y el nervio óptico. Si existe alguna alteración, se procederá a realizar estudios de imágenes complementarios.
En la actualidad, cada vez se toma más en cuenta la importancia de la influencia genética. Los pacientes portadores de ciertas mutaciones pueden desarrollar glaucoma en etapas iniciales de sus vidas, tener una evolución más progresiva y agresiva, o ser más susceptibles al daño del nervio óptico.
Tan pronto un paciente es diagnosticado con la enfermedad se inicia el tratamiento, que usualmente consiste en terapia tópica con gotas. Si observamos que no se alcanza una presión ideal, en la que se evite la progresión del daño glaucomatoso, entonces se procede a realizar una cirugía.

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