POR ROSARIO TIFÁ
NUEVA YORK.- Ondina Vega es una dominicana tal vez desconocida para muchos de sus compatriotas en el país, pero con un prontuario de éxitos en la cadena de restaurantes McDonalds desde su arribo en 1987 a esta urbe.
Vega abandona ese año sus funciones de secretaria particular del licenciado Hatuey de Camps y se traslada a Estados Unidos en busca de mejor suerte. Cuenta que al día siguiente, en un recorrido por el bulevar del Bronx se detiene en un restaurante de la cadena, solicita un empleo y es aceptada.
El desconocimiento del idioma y el manejo del trabajo no la detienen, empieza elaborando las ensaladas y al cumplir los tres meses es designada cajera titular, al mes siguiente host (anfitriona, encargada de organizar los cumpleaños infantiles).
Ondina continúa su carrera ascendente con el apoyo de la administración y de sus compañeros.
A los dos años se traslada a la franquicia ubicada en Wchester Avenue en el mismo condado, con las funciones de cajera y su gerente general la designa entrenadora de gerente. Obtiene el cargo por su superación y conocimiento del negocio, luego de recibir una certificación oficial del ministerio de Salud Pública del Estado de Nueva York.
Esta dominicana aprovecha el tiempo libre y realiza varios cursos, entre ellos uno sobre gerencia general propiciado por la compañía con la que permaneció 10 años trabajando.
Ronald Bailey, propietario de otra franquicia que funciona en el 354 de la 125 Street, esquina Saint Nicolas, en Manhattan, hace contacto con ella, la contrata y empiezan sus funciones como gerente general hasta la fecha.
En este trabajo he tenido la oportunidad de asistir a varias convenciones en Estados Unidos. La última fue en junio del 2005, en Las Vegas, a la que fui representando a las compañías del área de Hamlet, cuenta.
Ondina Vega dice que se siente una persona afortunada y realizada por lo que ha logrado en sus 20 años como residente un país que ofrece múltiples facilidades al inmigrante cuando éste asume un comportamiento adecuado y de respeto a sus leyes.
En principio no todo fue color de rosa -recuerda- debido a problemas con el idioma, cuyo dominio es fundamental, y por la falta de su familia, que reside en Arenoso, Villa Rivas, de donde es oriunda.
Mientras conversa con quien escribe, Ondina se mueve de un lugar a otro ofreciendo atención personalizada a los clientes de McDonalds, en especial a un grupo de envejecientes, asiduos visitantes, muchos de ellos minisválidos.
Sonríe y señala: esto lo vivo a diario. Me satisface que el cliente se vaya satisfecho con los servicios de calidad que ofrece McDonalds. Estoy contenta de mantener contacto con tanta gente de diferentes estratos sociales e idiomas.
La ejecutiva privada, que tiene bajo su responsabilidad 30 empleados, 40% de origen dominicano, dice que estará eternamente agradecida por la confianza y el respeto dispensado durante 20 años por la reconocida marca de comida rápida para la que labora.
Manifiesta que su lealtad y agradecimiento es, además, por lo que la empresa ha contribuido a su formación profesional en el área, lo que la ha hecho receptora de infinidad de placas y pergaminos de reconocimiento.