POR DIONISIO SOLDEVILA
Los Tigres del Licey han contado toda la temporada con un brillante cerrador en la persona del derecho lanzallamas Oneli Pérez, un joven nativo de Bonao, de apenas 24 años de edad.

Pero no siempre fue así para el lanzador seleccionado como el Novato del Año en las premiaciones Dominicanos Premio de la empresa Shell.

De hecho, hace tan poco como el 2003, Pérez sufrió un duro golpe en su carrera, cuando los Padres de San Diego lo dejaron en libertad y para el muchacho de entonces solo 20 años de edad, el mundo parecía irse abajo.

Poco tiempo pasó antes que Pérez consiguiera un trabajo, con los Medias Blancas de Chicago y tras una oferta de Denio González.

Cuando me dieron release no sabía lo que estaba pasando. Yo no comencé como pitcher sino que los Padres me habían hecho lanzador y entonces de repente me dejaron libre. Pero menos de una semana después de eso me llamó Denio González y me dijo que querían firmarme, explicó.

Y así se dio, y su carrera ha ido en ascenso, hasta el punto que espera tener una oportunidad de ganar un puesto en el bullpen de los Medias Blancas en los próximos entrenamientos de primavera.

Ese es mi deseo, como miembro del 40-man roster voy a los entrenamientos de Grandes Ligas y trataré de ganarme un puesto y quedarme en las mayores, dijo Pérez a redactores de HOY.

Pérez jugó la temporada pasada con la sucursal de AA de los Medias Blancas, con los Barones de Birmingham, donde tuvo una marca de 6-2 y 2.10 de efectividad, además de 16 salvamentos.

RESPALDO DE SU PADRE
Oneli es un hombre que luce temible en el montículo, pero al conversar con el pelotero de seis pies y dos pulgadas de estatura, uno se da cuenta de que realmente es un muchacho que todavía se encuentra en proceso de aprendizaje.

Y uno de sus mentores es su padre, quien le ha dado un seguimiento muy de cerca a su carrera de pelotero.

Mi papá siempre ha estado arriba de mi carrera como pelotero. A mi nunca me gustó mucho la escuela, y él me exigía mucho, que tenía que hacer algo con mi vida, indicó Pérez.

Y los resultados están ahí, para que todo el mundo los vea, y de su padre tiene toda la confianza del mundo.

Mi papá me dice que puedo tirar todos los días, que soy un gran cerrador y que puedo seguir adelante, aseguró.

RECIBE CONFIANZA
El cerrador es, para muchos, el hombre más importante del bullpen, aquel que tiene la responsabilidad de ponerle fin a cualquier amenaza que pueda presentarse por parte de los contrarios.

Y si se tiene un bullpen como el de los Tigres del Licey, con nombres como los de Dámaso Marte, Jorge Sosa, Juan Mateo, Carlos Mármol, Carlos Pérez, entre otros, entonces uno se pregunta cómo es que un novato consigue la plaza más exigente.

Aquí en el Licey me han dado la confianza que necesito para hacer el trabajo, opinó Pérez. Nunca me han puesto en tela de juicio ni nada parecido. Es más, después que entraron todos los jugadores de Grandes Ligas me dijeron que no temiera, que no iba a perder mi puesto, que saliera a hacer mi trabajo, reveló.

Y esa confianza ha rendido sus frutos, como lo indicaron los 12 salvamentos, con una efectividad de 0.52, que puso Pérez en la temporada regular, y el rescate que ya consiguió en el primer triunfo de los Tigres contra las Aguilas en el round robin.