ONG llama a ONU y OEA a intervenir en repatriaciones «racistas»

ONG llama a ONU y OEA a intervenir en repatriaciones «racistas»

Por Inés Benítez
Santo Domingo, 2 jun (EFE).- Las repatriaciones masivas de haitianos son «ilegales y racistas», según el informe de una ONG que llama a la ONU y a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA a intervenir en una situación «intolerable de abusos y violaciones contra los derechos humanos».

La ONG dominico-haitiana Solidaridad Fronteriza denuncia en un documento «las expulsiones colectivas y brutales de haitianos, dominicanos de origen haitiano y de color negro realizadas por el Estado dominicano y ante la casi ausencia e inactividad del Gobierno de Haití en su puesto fronterizo de Ouanaminthe (noreste haitiano)».

Más de 2.000 personas, en su mayoría mujeres y niños según la ONG, fueron repatriadas del 13 al 15 de mayo, tras el asesinato de una dominicana, presuntamente, por haitianos en la localidad de Hatillo Palma (noroeste dominicano), lo que desató la ira de los vecinos y obligó a huir a los inmigrantes.

El informe denuncia que los repatriados fueron trasladados en camiones «amontonados como animales» a Ouanaminthe, a unos 600 metros de la provincia fronteriza dominicana de Dajabón (noroeste).

Desembarcaron en Haití «andrajosos, hambrientos y sedientos, preocupados por sus padres, hijos y las pertenencias que habían dejado en la República Dominicana».

Entre los expulsados, muchos de los cuales ya han sido trasladados de nuevo al territorio dominicano, hubo decenas de dominicanos de ascendencia haitiana que contaban con documentación legal y niños con acta de nacimiento dominicana. Algunos no hablaban el creole o no sabían nada de Haití.

Las autoridades dominicanas alegan que las repatriaciones perseguían «proteger a los haitianos de la cólera de los vecinos», argumento que la ONG considera «falso» y «un aparato ideológico para justificar ante la población las expulsiones masivas».

El informe: «Un fin de semana indignante y humillante en Ouanaminthe», recoge a lo largo de 27 páginas algunos crudos testimonios de los repatriados que cuentan los momentos en los que los militares dominicanos los arrestaron.

«Al llegar al batey (poblado entre cañaverales) el viernes a las cinco de la mañana los militares dominicanos destruyeron y robaron todo lo que pudieron, fue como si vinieran a hacernos la guerra», narra uno de los expulsados.

La ONG binacional, del Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJRM), hace un llamado a la ONU, la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la Corte Interamericana para que intervenga «en el caso de que el gobierno dominicano no llegue a suspender estas expulsiones ni opere las deportaciones de una manera legal y justa».

El jefe de la Brigada de Infantería del Ejército en el noroeste dominicano, Pedro Cáceres, rechazó hoy las denuncias de que los militares no respetaron los derechos humanos en las repatriaciones masivas y justificó que éstas fueron planificadas para tres días «atendiendo el clamor de campesinos del noroeste que así lo pedían».

Además, admitió que continúan los arrestos y repatriaciones de haitianos indocumentados -pero no de forma masiva- «porque es un derecho que le corresponde a la República Dominicana y nadie puede prohibirlo».

Solidaridad Fronteriza insta al Gobierno haitiano a que esté «presente y activo» en Ouanaminthe para recibir a las personas expulsadas y aboga por «un plan de contingencia en la frontera que permita prever recursos para la recepción de las personas deportadas y el ofrecimiento de una atención humanitaria básica».

También insta a los dos Estados a ponerse de acuerdo para regularizar la situación migratoria de los haitianos en la República Dominicana, sobre todo la de aquellos trabajadores inmigrantes y niños de ascendencia haitiana nacidos en el país, que no cuentan con acta de nacimiento.

Miles de haitianos huyen de la pobreza de su país y cruzan la frontera para trabajar principalmente en la zafra azucarera y en la construcción, cobrando sueldos mucho más bajos que los dominicanos.

La ONG lamenta que para los haitianos en «los dos lados, el mal es infinito», ya que en la República Dominicana «no hay ninguna voluntad de integrarlos, ni a ellos ni a sus descendientes» mientras que Haití «sigue hundiéndose en la miseria y la crisis política y no pueden cuidar de sus hijos». EFE

 

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