La ONG norteamericana de ayuda humanitaria Batey Relief Alliance (BRA) y su homóloga en el país BRA Dominicana, propusieron el «Sistema Regional de Prevención y Cooperación» que vincule a entidades y expertos de todos los sectores en un plan de acción de recuperación de las economías de las naciones latinoamericanas y caribeñas, para mitigar los efectos negativos que provocará la pandemia del Coronavirus (COVID-19).
El presidente-fundador de la entidad, doctor Ulrick Gaillard, en un comunicado presentado este miércoles en la República Dominicana, propuso varias iniciativas para evitar la profundización de las condiciones de vulnerabilidad de las poblaciones más pobres de este país, Haití, Perú y otros del continente.
Señaló que este «Sistema Regional de Prevención y Cooperación» buscaría el rescate económico con concesión de préstamos a 20 años sin o con baja tasa de interés a gobiernos locales para ayudar a reactivar sus finanzas y dinamizar su producción.
El doctor Gaillard dijo que comprendería la creación de paquetes de estímulos económicos para inyectar capital en el sector privado para fomentar la competitividad de las principales industrias, fortalecer y diversificar los sectores empresariales locales, microcréditos para negocios y crear oportunidades laborales y educacionales que fortalezcan las finanzas familiares y comunitarias, especialmente a las niñas y mujeres.
Por su parte, la vicepresidenta de BRA, Nexcy de León, señaló que este sistema también comprendería la capacitación como una herramienta para fortalecer el aprendizaje de nuevas destrezas y mano de obra especializada, la cooperación sanitaria, empresarial, científica y educativa entre los países latinoamericanos.
“Asimismo, la asistencia de emergencia, con el suministro de apoyo en salud médica y mental, nutricional y financiera para ayudar a las familias a satisfacer sus necesidades inmediatas durante el proceso de transición económica”, manifestó la señora De León.
Pronósticos económicos
El presidente de la entidad BRA, doctor Ulrick Gaillard, ve con preocupación que el Banco Mundial pronosticó una recesión económica mundial y una fuerte caída este año de las economías de América Latina y el Caribe en un 4.6%.
“En algunos países de la región, con sistemas económicos y sanitarios débiles, el COVID-19 devastará las poblaciones más vulnerables, principalmente las de bajos recursos y personas mayores que viven en espacios superpoblados, con condiciones preexistentes y socialmente dependientes”, agregó el doctor Gaillard.
Dijo que “a medida que continúen los bloqueos indefinidos en todo el mundo, en un esfuerzo por controlar la pandemia global, el sector empresarial, incluidos los sectores predominantemente turísticos y zonas francas en esos territorios regionales, se verán obligados a aplicar para sus inversiones un modo “esperar a ver” que producirá despidos masivos”.
Agregó que las remesas familiares, por valor de más de 80 miles de millones de dólares—una fuente crítica de apoyo económico para muchos hogares y gobiernos locales también, se reducirán drásticamente según los pronósticos de los economistas, retrasando aún más la reactivación económica en la zona por la COVID-19, afectando aún más el sustento de millones de personas que ya viven en condiciones de vulnerabilidad y pobreza extrema.
Mujeres y niñas en la línea cruzada
Señaló que la crisis abrumará a las mujeres y niñas que ahora tienen que responder a esta nueva amenaza en la familia, ya que muchas dejarán de trabajar o de ir a la escuela para cuidar a los enfermos en casa. Otras usarán los ahorros de su vida o los ingresos de su micro-empresa para cubrir gastos urgentes de funerales, medicinas, atención especializada, transporte, nutrición, casa entre otras situaciones derivadas de la pandemia. Sin un apoyo sostenible, millones de ellas se quedarán en el limbo para valerse por sí mismas y se sumergirán aún más en las relaciones abusivas y la pobreza.