El nuevo presidente de este órgano, el húngaro Csaba Körösi, y el secretario António Guterres, delinearon la agenda a seguir
La Asamblea General de la ONU inauguró ayer, martes, su 77 periodo de sesiones con advertencias sobre el peligro de la guerra de Ucrania, la inseguridad alimentaria, la fuerte división internacional y la necesidad urgente de tomar más medidas contra la crisis climática.
El acto tuvo lugar una semana antes de que desembarquen en Nueva York los líderes internacionales que, como cada septiembre, participarán en los debates de alto nivel de la Asamblea.
El nuevo presidente de este órgano, el húngaro Csaba Körösi, y el secretario general de la ONU, António Guterres, delinearon con sus discursos los asuntos que a priori marcarán la agenda de esas reuniones al más alto nivel.
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Entre ellos destacaron la invasión rusa de Ucrania y su impacto en los mercados de energía y alimentos, la fuerte fractura entre las potencias del Consejo de Seguridad de la ONU y la crisis climática.
Korösi advirtió de que el mundo se enfrenta a problemas no vistos desde la Segunda Guerra Mundial y calificó el conflicto en Ucrania como “un punto de inflexión para todos».