PUERTO PRÍNCIPE (EFE).- La delegación de la ONU que se encuentra en Haití culminó ayer una semana de negociaciones para tratar de buscar una solución a la crisis política de este país.

Hasta el momento prácticamente nada ha trascendido de lo tratado por la misión de Naciones Unidas en Puerto Príncipe, que había convocado a una rueda de prensa para ayer tarde.

Se estima que la delegación permanecerá hasta la semana próxima en la capital haitiana.

Fuentes consultadas por EFE señalan que los delegados de Naciones Unidas no se han entrevistado con el dirigente de la coalición opositora Convergencia Democrática, Gérard Pierre Charles.

El director del Centro Ecuménico de Derechos Humanos, Jean Claude Bajeux, confirmó a EFE que hasta el momento tampoco ha recibido petición alguna de la misión de la ONU para entrevistarse con ellos.

Bajeux dijo que no tiene noticias de que esta misión se haya reunido con alguno de los líderes de la oposición contra el presidente haitiano, Jean-Bertrand Aristide.

El dirigente del Centro Ecuménico agregó que la mediación extranjera en el conflicto haitiano no parece haber tomado en cuenta de momento a la mayoría de la población haitiana.

El portavoz de Convergencia Democrática y ex alcalde de Puerto Príncipe, Evans Paul, coincidió en que no ha recibido ninguna llamada de la misión de la ONU.

Agregó en declaraciones a EFE que su grupo opositor estaría dispuesto a reunirse con la delegación de Naciones Unidas, pero que de momento «no sabemos lo que hacen en Puerto Príncipe».

Convergencia Democrática ha convocado para este domingo una nueva manifestación contra el gobierno en la capital.

Las intimidaciones y ataques por parte de seguidores de Aristide llevaron a esta coalición opositora a cancelar en dos ocasiones las protestas, los pasados domingo y jueves.

En tanto, siguen en aumento las voces de rechazo a cualquier tipo de intervención extrajera en Haití.

El vicepresidente de la Conferencia Episcopal y obispo de Jacmel (sureste), Guyre Poulard, calificó de «hipócrita» la propuesta del secretario de Estado de EEUU, Colin Powell, para discutir si Canadá y la Comunidad Caribeña (CARICOM) pueden enviar a Haití apoyo policial.

«*Cómo es posible que el gobierno de EEUU apoye a un presidente ilegal que masacra a civiles inocentes usando mercenarios?», se preguntó el obispo en declaraciones a la prensa.

El estratega y ex coronel Himler Rebú opinó que la propuesta de Powell serviría para apoyar a Aristide, y que sólo complicaría aún más las cosas en Haití.

Portavoces estudiantiles reiteraron que esta fuerza policial «no sería bienvenida», y que «voluntariamente o no, Aristide debe irse».

En este clima de tensión, aumenta la preocupación de organizaciones humanitarias por la población civil.

El Grupo de apoyo a los Repatriados y Refugiados (GARR) expresó hoy su viva inquietud ante el deterioro de la situación sociopolítica y el incremento de la violencia, que dificulta los desplazamientos de la población.

Son muchas las personas que han abandonado sus pueblos y ciudades para huir de la violencia política.

La coordinadora de GARR, Colette Lespinasse, declaró a EFE que la mayor parte de estos desplazados se refugian en Puerto Príncipe o en los montes.

Lespinasse no pudo dar datos exactos del número de desplazados, pero señaló que la mayoría de ellos escapan de las zonas en conflicto de Saint-Marc (norte), y Miragoane y Petit-Goave (sur), y se han instalado en la isla de La Gonave (costa oeste).

Agregó que las personas perseguidas en Ouanaminthe (zona fronteriza norte) se han ido a República Dominicana.

«Los militantes de organizaciones sociales y políticas directamente perseguidos representan el 50 por ciento de los centenares de desplazados», precisó Lespinasse.

Pero en estos grupos también hay estudiantes que se involucraron fuertemente en la lucha contra el gobierno, policías que «tienen problemas de conciencia» o personas cuyas casas fueron quemadas, agregó.