ONU arrecia ataques contra bandas Haití

ONU arrecia ataques contra bandas Haití

PUERTO PRINCIPE  (AFP).- Desde hace tres meses, la ONU multiplica ofensivas contra grupos armados en Haití, respaldadas por el gobierno, para intentar restablecer la seguridad, lo que está generando cierta simpatía de la población local que al principio criticó su pasividad.

La Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah), integrada en su mayoría por latinoamericanos y cuyo mandato debe ser renovado el jueves por el Consejo de Seguridad, fue rebautizada en 2006 como »»Turista»» por los haitianos exasperados por el recrudecimiento de la violencia y los secuestros de los que eran víctimas hombres, mujeres y niños.

El primer gobierno elegido desde la caída en 2004 del ex presidente Jean Bertrand Aristide, que entró en funciones en mayo, quiso en un primer momento negociar con los jefes de las bandas que aterrorizaban a la población.

«Secuestran y el gobierno negocia», se indignaba a fines de 2006 el primer diario de Puerto Príncipe, Le Nouvelliste.

Vivamente criticado por legisladores, el gobierno del primer ministro Jacques Edouard Alexis abandonó su enfoque dialogante y autorizó a los cerca de 7.000 cascos azules y 1.300 policías de la Minustah a endurecer sus intervenciones.

«Tenemos luz verde del gobierno haitiano para ingresar a los barrios periféricos y neutralizar a los grupos armados», explicó en diciembre el enviado especial de la ONU en Haití, el guatemalteco Edmond Mulet.

A partir del 22 de diciembre se realizaron una serie de incursiones en el extenso barrio marginal de Cité Soleil, en Puerto Príncipe. Ese suburbio cuenta con cerca de 300.000 habitantes y está parcialmente controlado por bandas armadas.

Las ofensivas de los cascos azules tienen lugar en cada caso con varios centenares de militares con blindados y apoyados por helicópteros. Están dirigidas por un nuevo comandante militar, el general brasileño Carlos Alberto Santos Cruz. Las bandas armadas «no serán toleradas», advirtió el general cuando asumió funciones a principios de enero.

Según un balance extraoficial, los enfrentamientos se saldaron hasta ahora con la muerte de unas quince personas y unos treinta heridos. Varios barrios de la capital volvieron a quedar bajo control de las autoridades haitianas y son conjuntamente patrullados por efectivos de la ONU y la Policía haitiana.

A pesar de que la nueva estrategia de las Naciones Unidas no ha permitido restablecer la calma definitiva en Haití, al menos tiene la virtud de reconciliar a una parte de la opinión pública con la ONU. «Ya era tiempo de que esos soldados que se desplazan en vehículos climatizados se pusieran a trabajar», subraya Claude, un conductor de transporte público.

La Minustah difundió entre los medios de comunicación escenas de júbilo de residentes del barrio de Martissant, al sur de Puerto Príncipe, que bailaron para celebrar la presencia de los cascos azules. Según Médicos Sin Fronteras (MSF), entre tres y diez muertes se registran cada día en ese barrio.

A pesar de que algunos haitianos dicen estar satisfechos ante la presencia de la ONU en su país, otros continúan esperando que se vaya para devolverle la independencia. La acusan de ingerencia en los asuntos internos de Haití.

La Minustah se halla desde mediados de 2004 en Haití, el país más pobre del continente americano, con 8 millones de habitantes.

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