ONU arrecia contactos para tropas paz Líbano

ONU arrecia contactos para tropas paz Líbano

BEIRUT (AFP).- La ONU intensificaba los contactos ayer, martes, para ampliar la fuerza internacional del Líbano que dirigiría Italia, pero cuyo despliegue parece cada vez más hipotético a pesar de la urgencia de consolidar la tregua entre Israel y el Hezbolá en el sur de Líbano tras un mes de conflicto.

Una semana después del cese de los combates entre Israel y la milicia chiita libanesa, el 14 de agosto y tras 34 días de guerra, sigue sin progresar la formación de una fuerza multinacional por parte de la ONU para apoyar al ejército libanés.

El canciller holandés, Ben Bot, dijo en Beirut que espera que las tropas extranjeras empiecen a desplegarse en las próximas dos semanas.

Los cancilleres de la Unión Europea (UE) se reunirán el viernes en Bruselas con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para debatir los detalles de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), anunció este martes la presidencia de la UE, que ejerce Finlandia.

“El objetivo de esta reunión es examinar la participación de los países miembros de la UE en la FINUL y las condiciones requeridas para garantizar el éxito de la operación”, subrayó la presidencia.

Estados Unidos no enviará tropas a Líbano, aunque el presidente George W. Bush afirmó el lunes que desea un despliegue “lo más rápido posible” de la fuerza de paz, y dijo que habrá una nueva resolución en el Consejo de Seguridad “para dar más instrucciones” a esa fuerza.

   Sin embargo no precisó cuáles serán las reglas de la misión ni se pronunció sobre el asunto crucial del desarme de Hezbolá, fuente de inquietud a nivel internacional y de repetidas amenazas por parte del Estado hebreo.

   Italia se manifestó dispuesta a dirigir la FINUL, cuyo despliegue parece ahora más hipotético que nunca pese a la urgencia de consolidar la paz en la frontera israelo-libanesa.

   La futura FINUL debería crearse a partir de la actual fuerza, presente en Líbano desde 1978, con efectivos que deberían pasar de los 2.000 hombres actuales a 15.000 elementos y un mandato más amplio.

   Sin embargo, el gobierno de izquierda del primer ministro italiano, Romano Prodi, exige que antes de desplegar sus tropas, la UE tome una posición común sobre el tema, pues quiere contar con el respaldo de todos los países europeos.

   Prodi está a favor de adoptar una segunda resolución de la ONU “con un mandato y contenidos precidos y una definición muy clara de las alianzas”.

   Los europeos, convocados por la ONU, se reunirán el miércoles en Bruselas para discutir las modalidades de su compromiso.

   Para tratar de convencer a los eventuales países que contribuyan a la fuerza y garantizar la aplicación de la resolución 1701 del Consejo de Seguridad, votada el 11 de agosto, Kofi Annan multiplicó los contactos con los dirigentes internacionales y viajará a Israel la semana próxima.

   Por su parte, el primer ministro israelí, Ehud Olmert, condicionó el levantamiento del bloqueo marítimo y aéreo impuesto a Líbano al despliegue de una fuerza internacional en la frontera sirio-libanesa, a lo que se opuso Siria, y en el aeropuerto de Beirut.

   La resolución 1701 hizo posible el cese de las hostilidades en Líbano, pero aún no se han aplicado las otras disposiciones claves: creación de una nueva FINUL reforzada, desarme de Hezbolá y levantamiento del bloqueo israelí en Líbano.

   Por el momento sólo comenzó el despliegue de 15.000 soldados libaneses en el sur del país, bastión de la milicia chiita a donde los primeros militares de Beirut empezaron a llegar el 17 de agosto.

   El ejército libanés avanza en los sectores oeste y este de la zona fronteriza, donde la FINUL le entregó el mando de varias localidades.

   Pero aunque la tregua no se ha atacado demasiado, sigue siendo frágil, según la ONU, y desde el sábado, Israel y Líbano se han acusado mutuamente de violarla.

   Por su parte, miembros de Hezbolá que se habían negado a dejar las armas volvieron a aparecer abiertamente en las regiones chiitas de Líbano donde ya estaban implantados antes del conflicto, es decir, en el sur fronterizo con Israel, el valle de Bekaa en el este y los suburbios del sur de Beirut.

   Israel, mientras tanto, sigue reclamando el desmantelamiento de la poderosa milicia chiita y Líbano, cuyo gobierno tiene dos ministros de Hezbolá, no  convenció al indicar que no tolerará más ataques contra Israel desde su  territorio.

   El Estado hebreo advirtió que se reserva la posibilidad de continuar sus operaciones militares mientras Hezbolá no sea desarmado y anunció que mantendrá sus posiciones en la frontera para alejar de ahí a los milicianos chiitas antes de que sea desplegada una fuerza multinacional.

   Israel anunció que por lo menos dos miembros de Hezbolá murieron por disparos de sus fuerza en el sur de Líbano, lo que fue desmentido por la milicia chiita.

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