BOGOTA (AFP).- El enviado especial de la ONU para Colombia, James Lemoyne, aseguró este sábado que existen acercamientos con las FARC dirigidos a un acuerdo humanitario que permita la liberación de secuestrados en poder de ese grupo guerrillero y a la solución negociada del conflicto armado interno.

«Para ser claros, tenemos contactos con las FARC en la misión de buenos oficios del secretario general de la ONU. Y en estos contactos la Iglesia Católica (colombiana) tiene el papel más importante, porque está haciendo todos los esfuerzos posibles para la búsqueda de la paz», dijo Lemoyne a la prensa.

Lemoyne celebró las pruebas de supervivencia de doce diputados provinciales secuestrados desde hace 21 meses por las FARC, que fueron reveladas el sábado en un video difundido por los telenoticieros locales, y los conminó a hacer lo mismo con la veintena de políticos -entre ellos la ex candidata presidencial Ingrid Betancourt-, unos 40 militares y tres estadounidenses en su poder.

El enviado especial de la ONU, en compañía del comisionario europeo de Relaciones Exteriores, Chris Patten, reiteraron el jueves su respaldo a una negociación de paz y a un acuerdo entre el Gobierno y las FARC para la liberación de secuestrados.

«Hasta que alcancemos el fin del conflicto es urgente atender el sufrimiento de la población civil, los desplazados, los sin recursos y sin protección, y los secuestrados, quienes como dijo el secretario general en época de Navidad deben ser liberados para volver al seno de sus angustiadas familias», aseguró.

Lemoyne se reunió el sábado con un grupo de familiares de secuestrados, que le solicitaron su concurso ante el presidente Alvaro Uribe para que busque la liberación de rehenes colombianos con el mismo interés con que lo hizo en el caso de los siete extranjeros plagiados por la guerrilla del ELN, el 12 de septiembre en la Sierra Nevada de Santa Marta.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal guerrilla del país con unos 17.000 combatientes, exige canjear a los políticos, los militares y a los tres estadounidenses en su poder por unos 300 de sus miembros encarcelados.

Pero Uribe condiciona el intercambio a la liberación de unos 800 secuestrados en poder de ese grupo insurgente, a la no desmilitarización de dos departamentos -Caquetá y Putumayo (fronterizo con Ecuador y Perú)- para las conversaciones y a que la ONU lidere el proceso de negociación.