NFH02 - (COREA DEL NORTE), 28/07/2017.- Fotografía fechada el 4 de julio de 2017 y cedida hoy, 28 de julio, que muestra el misil balístico intercontinental, Hwasong-14, en Corea del Norte. Según varios medios de comunicación, el Gobierno de Tokio y el Pentágono confirmaron que Corea del Norte lanzó hoy el mísil balísitico hacia el Mar de Japón y que podría haber caído en aguas de la zona económica exclusiva (ZEE). EFE/Kcna FOTOGRADÍA CEDIDA POR LA AGENCIA KCNA /SÓLO USO EDITORIAL/ NO VENTA
Estados Unidos. El Comité de Derechos Humanos de la Asamblea General de la ONU condenó este martes a Corea del Norte por realizar ensayos nucleares y balísticos mientras su pueblo pasa hambre.
En una resolución redactada por la Unión Europea y Japón y adoptada por consenso, también expresó su preocupación por el desempeño de Pyongyang en materia de derechos humanos.
La medida será debatida en la Asamblea General el mes próximo. Corea del Norte realizó este año su sexta prueba nuclear y una serie de ensayos de misiles avanzados, incluyendo misiles balísticos intercontinentales, pese a que el 70% de la población -unos 18 millones de norcoreanos- padece escasez de alimentos.
Copatrocinada por 61 países, la resolución condena a Pyongyang por «desviar sus recursos para la obtención de armas nucleares y misiles balísticos en detrimento del bienestar de su pueblo».
Más de la mitad de la población norcoreana padece escasez de alimentos y casi la cuarta parte sufre desnutrición crónica, indica el texto, que también condena la «prolongada» y «sistemática» violación de los derechos humanos.
Por otro lado, manifiesta su preocupación por que Pyongyang aplique «torturas, ejecuciones sumarias, detenciones arbitrarias y secuestro de ciudadanos extranjeros dentro y fuera de su territorio».
Tras la muerte del estudiante estadounidense Otto Warmbier, quien había sido detenido en Corea del Norte, la resolución exige que el país brinde acceso consular a los detenidos extranjeros y les permita comunicarse con sus familiares.
Warmbier murió en junio a los 22 años tras ser liberado por Pyongyang y enviado a Estados Unidos en coma, después de ser arrestado en enero de 2016 cuando visitaba Corea del Norte como turista. Sus padres dijeron que presentaba signos de tortura.