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NUEVA YORK (AFP).- La Asamblea General de la ONU adoptó este lunes una resolución solicitando a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya que se pronuncie sobre la legalidad de un «muro» de seguridad edificado por Israel en Cisjordania.
La resolución fue aprobada con 90 votos a favor, 8 en contra y 74 abstenciones.
La cifra de países que se abstuvieron es récord, e incluye a los de la Unión Europea. Ello traduce la reticencia de la comunidad internacional a implicar a la CIJ en el conflicto del Medio Oriente.[tend]
El embajador israelí ante la ONU, Dan Gillerman, dijo que la división entre los votos a favor y los votos en contra más las abstenciones fue una «victoria moral» para Israel, que habitualmente recibe críticas en la Asamblea General.
«Israel observa este voto como una victoria moral», dijo.
Según Gillerman, los países que votaron junto a Israel fueron fundamentalmente democracias, mientras que quienes lo hicieron junto al bloque de países árabes fueron «mayormente dictaduras tiránicas, y regímenes corruptos y violadores de los derechos humanos».
Por su parte, el representante palestino ante la ONU, Nasser al-Kidwa afirmó que «noventa votos son algo extremadamente valioso» y que hubo «presiones y hasta amenazas» para no votar el proyecto de resolución.
La resolución de la Asamblea General no es vinculante y no obliga a la corte a dar una opinión sobre la barrera: una red de cercas, dispositivos electrónicos para detectar infiltraciones, zanjas, muros, guardias armados y alambres de púa.
Israel asegura que la «barrera de seguridad» es necesaria debido a la negativa del líder palestino Yasser Arafat a evitar más ataques anti-israelíes.
«Esta es la cerca que construyó Arafat», dijo Gillerman. «Sin Arafat no habría necesidad de cerca. En cuanto termine el terrorismo, la cerca no será más necesaria», agregó.
«Esta iniciativa es inaceptable y genera el riesgo de crear un precedente peligroso al negarle a Israel y otros países occidentales el derecho fundamental a la auto-defensa», dijo otro funcionario israelí que pidió no ser identificado.
Al-Kidwa dijo, por su parte, que «el muro» era un «crimen de guerra».
La Unión Europea, que en octubre apoyó un texto que exigía detener la construcción, esta vez se abstuvo.
Pedirle la opinión a la CIJ «no ayudará a los esfuerzos de ambas partes para relanzar el diálogo político y, por lo tanto, es inapropiado», declaró en nombre de la Unión Europea el embajador de Italia ante la ONU, Marcello Spatafora.
Otro argumento difundido en los corredores por varios países generalmente pro-palestinos fue expuesto por el embajador de Uganda, Charles Wagaba.
«Debemos evitar politizar la corte, porque ello disminuirá su imparcialidad y su credibilidad», dijo, al explicar su abstención.
La resolución aprobada este lunes reclama a la CIJ que se pronuncie sobre «las consecuencias legales de la edificación del muro que Israel, potencia ocupante, está construyendo en el territorio palestino ocupado».
Un reciente informe de la ONU concluyó que el muro podría causar consecuencias humanitarias severas para más de 680.000 palestinos.
Sólo el 11% del recorrido del muro está sobre la «línea verde», la frontera internacionalmente reconocida entre Israel y Cisjordania, indica el informe de la Agencia de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios.
