NACIONES UNIDAS (EFE).- Los países de la ONU abogaron ayer por la necesidad de adoptar políticas para corregir el actual rumbo de la globalización, que es injusto y desequilibrado, para dotarlo de una consciencia y ética social, así como de legitimidad.

   Así lo expresaron distintos países que participaron en la reunión de presentación del informe elaborado por la Comisión Mundial sobre las Dimensiones Sociales de la Globalización, establecida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

   El encuentro fue inaugurado por el secretario general de la ONU, Kofi Annan, quien indicó que la gobernabilidad global adolece de un «serio déficit democrático» por no permitir a los países en desarrollo tener una voz justa para que expresen sus puntos de vista.

   Esta es la razón, argumentó, por la que todavía mucha gente en el mundo, especialmente en los países en desarrollo, se sienten excluidos y amenazados por la globalización.

   «Se sienten como si fueran los sirvientes de los mercados, cuando los mercados deberían prestarles servicios a ellos», declaró.

   Annan se sumó al llamamiento efectuado por la Comisión Mundial y pidió una «globalización justa» mediante la creación de un sistema multilateral más eficiente, legítimo y coherente.

   «Después de todo, la globalización es un producto de la acción humana y no de las fuerzas de la naturaleza. Como nos recuerda este informe, está en nuestro poder gestionarla mejor que hasta ahora, y es nuestro deber hacerlo», declaró.

   El informe elaborado por la Comisión Mundial, que está presidida por la presidenta de Finlandia, Tarja Halonen, y el presidente de Tanzania, Benjamin Mkapa, propone como objetivo mundial lograr que todas las personas tengan un trabajo decente.

   Además, hace un llamamiento para lograr la equidad y denuncian el desequilibrio en los modelos actuales de inversión, comercio y mercado de trabajo, que son las causas de la agitación política.

   El director de la OIT, Juan Somavía, destacó que el objetivo del informe es intentar buscar «un denominador común para una globalización justa», en el que converjan actores y políticas encaminadas a buscar una igualdad de oportunidades para todos.

   En la reunión, el presidente de Francia, Jacques Chirac, subrayó que una globalización que tolere la depredación y que sus frutos sean acaparados por una minoría va a ser un fracaso.

   El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que abogó por la restricción de barreras comerciales y un sistema financiero que contribuya al crecimiento, resaltó que una globalización que sea socialmente justa y políticamente sostenible debe comenzar por el derecho de toda persona a un empleo.

   Lula advirtió que los retos que afronta la sociedad exigen «una voluntad común para hacerles frente», y que la lucha contra la pobreza es uno de los aspectos más urgentes.

   Disponer de «un trabajo digno debe ser una realidad para todos», pero, en su opinión, no debe servir de pretexto para cláusulas comerciales proteccionistas que resulten perjudiciales» para otros principios y derechos.

   Por su parte, el presidente de Chile, Ricardo Lagos, resaltó la necesidad de llevar a cabo políticas de «discriminación positiva», a través de las cuales se destinen los recursos en donde hay más carencias y la población es más vulnerable.

   «La globalización es importante para que el mundo crezca, pero hay que tomar medidas políticas internacionales para asegurarnos que la riqueza llegue a todos por igual», declaró.

   El presidente de Perú, Alejando Toledo, alzó la voz para reclamar por un «comercio internacional más equitativo» y una «autopista comercial internacional de doble vía».

   «Que me perdonen mis amigos de los países desarrollados, pero tengo que decir que los países ricos no nos pueden pedir que practiquemos algo que ellos no hacen», señaló.

   Por su parte, el presidente de Uruguay, Jorge Batlle, lanzó la idea de crear un fondo que gestione la ONU para ayudar los países subdesarrollados que no tienen capacidad financiera para la construcción de servicios básicos y de infraestructura.

   El informe de la comisión se debatirá durante la 59 Asamblea General de la ONU, que abrirá mañana su debate general, con la participación de dignatarios de todos países del mundo. EFE