Ginebra, (EFE).- El grupo yihadista Estado Islámico (EI) creció al abrigo de la guerra en Siria, y la ausencia de una solución para acabar con el conflicto no hace más que reforzar a la milicia, según advirtió hoy la comisión de la ONU que investiga los crímenes cometidos en el país.
«La comunidad internacional está paralizada por la falta de voluntad de algunos países para acabar con el conflicto en Siria. La propia existencia del Estado Islámico hubiera sido imposible sin el conflicto en Siria. No habría Estado Islámico si no estuviéramos entrando en el cuarto año de conflicto en Siria», afirmó, rotundo, en rueda de prensa, Paulo Sergio Piñeiro, presidente de la comisión.
La comisión presentó hoy su octavo informe en el que se hace eco de atrocidades, exacciones, crímenes contra la humanidad y crímenes de guerra cometidos por todas las partes.
«EI no tiene la exclusiva de la brutalidad en Siria, que es compartida tanto por el Gobierno como por el resto de grupos que combaten», dejó claro Piñeiro.
El presidente de la comisión recordó que las atrocidades que el grupo yihadista ha cometido en las últimas semanas en Irak «no son nuevas», dado que las había cometido con anterioridad en Siria y las sigue cometiendo en la actualidad.
«La ausencia de una solución al conflicto en Siria no hace más que alimentar la fuerza del EI», afirmó, y aclaró que el movimiento «es una fuerza creciente» en Siria a causa de los recientes éxitos en Irak.
«Mucho mejor organizado y financiado gracias a la toma de considerables recursos y equipamiento militar en Irak, el grupo ha consolidado su control sobre amplias áreas de la provincias del norte y el este de Siria, en particular Dayr az Zawr», reza el informe de la comisión.
El texto destaca que más allá de atraer a combatientes extranjeros, sobre todo desde que se proclamó un califato islámico, el grupo está captando a un número creciente de sirios, especialmente tras las alianzas con tribus locales en las provincias de Ar Raqqah, Al Hasakah y Dayr az Zawr.
«Además, EI está atrayendo a milicianos de grupos minoritarios que se unen al que más triunfa», aclaró.
Ante esta situación, la comisión, una vez más, hizo un llamamiento al Consejo de Seguridad para que actúe y haga lo necesario para intentar acabar con el conflicto sirio.
«Lo hemos dicho cuatro veces, los responsables de que continúe la carnicería en Siria son los 15 miembros del Consejo de Seguridad».
Precisamente, Carla del Ponte, otra de las miembros de la comisión, se refirió al Consejo de Seguridad para reiterarle la petición de que solicite a la Corte Penal Internacional (CPI) que abra una investigación sobre los crímenes en Siria.
«La impunidad reina en Siria. Una imputación de los responsables sería un primer paso para encontrar Justicia para las víctimas pero también para acabar con el conflicto. Lo hemos visto en otros casos como en los Balcanes o en Ruanda», afirmó del Ponte.
La exfiscal de la CPI para el caso de la ex Yugoslavia recordó que hay «evidencias más que suficientes» para iniciar procesos de imputación, y, de hecho, propuso al Consejo de Seguridad que convierta a la comisión en una fiscalía especial.
«Tenemos todos los elementos, las evidencias, y estamos listos», manifestó.
Piñeiro agregó que han añadido más nombres a la lista de responsables de crímenes que están recopilando desde que comenzó su mandato, incluyendo altos miembros de EI, pero no dio más detalles al respecto.
En relación a las atrocidades, la comisión acusa a EI de cometer crímenes contra la humanidad en Siria de forma regular.
El grupo lleva a cabo asiduamente ejecuciones públicas de hombres -incluidos menores- acusados de colaborar con otros grupos, y latigazos públicos a mujeres que no obedecen el código de vestimenta del grupo y «osan» salir a la calle con su pelo o su rostro al descubierto.
Asimismo, tanto las fuerzas del régimen de Bachar al Asad, como los grupos yihadistas que combaten en Siria usan a niños en sus operaciones militares.
EI recluta y entrena militarmente a niños de hasta 10 años, y se ha documentado que las fuerzas gubernamentales usan a menores de entre 6 y 13 años en sus operaciones militares.
Asimismo, la comisión acusa al régimen de Bachar al Asad de cometer «masacres» de forma delibera al atacar consciente e indiscriminadamente áreas habitadas por civiles.
Además, Vitit Muntarbhorn, reveló que se ha constatado que, en al menos ocho ocasiones, el Gobierno ha lanzado desde helicópteros bombas conteniendo cloro, un agente químico prohibido.