Entre la incertidumbre y el caos que vive Haití, y tras el clamor del presidente dominicano, Luis Abinader, y su canciller Roberto Álvarez, al igual que el llamado que hizo el primer ministro Ariel Henry, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó el envío de una fuerza multinacional para tratar de pacificar la empobrecida nación. La misión la encabezaría Kenia que ha ofrecido 1,000 hombres, y ya una docena de países –entre ellos Jamaica, Guyana, Barbados y Bahamas- se han comprometido a enviar efectivos. Estados Unidos, Canadá y Francia aportarán logísticas y fondos.

La República de Kenia es un país de África oriental de 580,370 kilómetros cuadrados (Haití cabe 20 veces en esa extensión), y según cifra del Banco Mundial de 2021, Kenia tiene 53 millones de habitantes de 44 etnias. Desde 1991 se rige por una democracia multipartidaria y su actual presidente es William Ruto. Su Parlamento se divide en un Senado, con 67 miembros, y una Asamblea Nacional de 349 representantes. (Actualmente, algunos legisladores opositores cuestionan que Kenia se embarque en esta misión).

La agricultura es el eje central de la economía de Kenia. Y es uno de los países africanos más estables desde su independencia de Gran Bretaña en 1963.

Sobre la decisión de Kenia de liderar la citada fuerza -que no serán cascos azules-, hay que recordar que desde 1993, es poco lo cosechado por una decena de misiones que la ONU ha aprobado para estabilizar Haití. La última fue la MINUSTAH que en octubre de 2017 abandonó un Haití incierto y caótico