NACIONES UNIDAS. La guerra civil en Yemen está llevando al país a un colapso total debido a la amenaza de la hambruna y más de 55.000 casos de cólera desde finales de abril, advirtió el martes el jefe de asuntos humanitarios de la ONU, Stephen O’Brien.
“Yemen tiene ahora la ignominia de haberse convertido en la crisis de seguridad alimentaria más grande del mundo”, dijo O’Brien ante el Consejo de Seguridad.
Más de 17 millones de personas necesitan alimentos con desesperación, entre ellos 6,8 millones que están “a punto de sufrir hambruna”, agregó.
“El pueblo de Yemen está sujeto a privaciones, enfermedad y muerte, ante la vista del mundo”, señaló O’Brien.
“La espiral descendente hacia el colapso social, económico e institucional” del país es consecuencia directa de las acciones de los combatientes leales al expresidente y de los rebeldes chiíes hutíes y sus partidarios, apuntó.
Pero “también es, lamentablemente resultado, de la inacción, por incapacidad o indiferencia, de la comunicad internacional”, afirmó.
O’Brien pidió una acción urgente “para contener el sufrimiento en la nación más pobre del mundo árabe y subrayó que si no hubiera conflicto “no se produciría hambre, miseria, enfermedad y muerte”.
Sin embargo, el enviado de la ONU para Yemen, Ismail Ould Cheikh Ahmed, dijo al consejo que las negociaciones serias sobre las primeras medidas para un cese de hostilidades han sido lentas y los bandos principales se muestran renuentes incluso a discutir las concesiones necesarias para la paz.
“No ocultaré a este consejo que no estamos cerca de un acuerdo amplio”, afirmó.
Yemen, en el extremo sur de la península Arábiga, es escenario de una guerra civil desde septiembre de 2014 cuando los rebeldes hutíes ingresaron en la capital, Saná, y derrocaron al gobierno del presidente Abed-Rabbo Mansur Hadi, que tenía el reconocimiento internacional.