Milán (Italia). La ONU pidió hoy redoblar los esfuerzos para erradicar el hambre con más protección social para los más pobres, justo cuando su organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cumple 70 años. El secretario general de la ONU y la reina Letizia de España, en su calidad de embajadora especial para la Nutrición de la FAO, asistieron a la conmemoración del Día Internacional de la Alimentación que se celebró con una ceremonia en la Exposición Universal de Milán (Italia).
Ban instó a cumplir la nueva agenda del desarrollo aprobada por la comunidad internacional para 2030, al tiempo que reclamó trabajar en todos los sectores” y de manera integrada para así lograr los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible, que incluyen la erradicación del hambre y la pobreza.
“Tenemos que apoyar a las mujeres y a las familias de pequeños agricultores con protección social”, dijo el secretario general del organismo internacional, además de insistir en el tema de la conferencia “Protección social y agricultura para romper el ciclo de la pobreza rural». Recordó que los países de la ONU establecieron la FAO en Quebec (Canadá) el 16 de octubre de 1945 para liberar a la humanidad del hambre, un objetivo que todavía está por conseguir. El director general de esa agencia del sistema de Naciones Unidas con sede en Roma, el brasileño José Graziano da Silva, recordó por su parte que los países industrializados afrontaron el hambre después de la Segunda Guerra Mundial invirtiendo en la protección social, una estrategia que -dijo- aún sirve en la actualidad.
“La protección social mejora la resiliencia frente a los desastres, la educación, la salud y la fuerza de trabajo”, explicó. El responsable de la FAO destacó que hay suficiente comida para alimentar el planeta, después de que en los últimos 70 años la disponibilidad de alimentos por persona haya aumentado un 40 % mientras que la población mundial se ha triplicado.
El presidente de Italia, Sergio Mattarella, igualmente señaló paralelismos con la situación en 1945 y así rememoró cómo en esos años la gente hacía fila “junto a los palacios destruidos” para obtener alimentos en la región de Lombardía, considerada actualmente motor económico de Italia y de la que Milán es su capital. Mattarella apeló a la responsabilidad de los organismos internacionales para afrontar los problemas globales, como el drama de la inmigración de los cientos de miles de personas que han llegado a Italia en los últimos tiempos “huyendo de la guerra, la persecución, la carestía y el hambre». “Hay una dramática evidencia de la necesidad de mejorar las condiciones de vida en los países de origen y aumentar la protección social de forma sostenible frente al abandono”, remarcó.
A esas palabras de denuncia se unieron las del papa Francisco, que en un mensaje leído por el observador permanente del Vaticano ante la FAO, Fernando Chica Arellano, criticó “la concentración en intereses particulares». “La búsqueda afanosa del beneficio, la concentración en intereses particulares y los efectos de políticas injustas frenan iniciativas nacionales o impiden una cooperación eficaz en el seno de la comunidad internacional” para la luchar contra el hambre y la malnutrición, apuntó. El pontífice lamentó también que millones de personas sigan pasando hambre pese a los esfuerzos realizados y se interrogó sobre si aún posible concebir una sociedad en la que los recursos queden en manos de unos pocos y “los menos favorecidos se vean obligados a recoger sólo las migajas».
Durante el acto se presentó la “Carta de Milán”, el documento oficial que recoge el legado de la Expo, y el Pacto de política alimentaria urbana, firmado por los alcaldes de un centenar de ciudades de todo el mundo incluyendo las latinoamericanas Buenos Aires, México DF, Bogotá y Medellín (Colombia) o Belo Horizonte, Porto Alegre y Sao Paulo (Brasil), entre otras. Entre las europeas se han sumado a esa iniciativa las españolas Barcelona, Bilbao, Madrid y Málaga, así como París, Burdeos o Nantes en Francia, Ginebra y Zurich, en Suiza, o Bruselas en Bélgica.
Tras asistir a la conmemoración, la reina Letizia asistió a un almuerzo con el secretario general de la ONU y otras personalidades invitadas, y posteriormente abandonó la Exposición Universal. La reina de España, que participó en noviembre de 2014 en la Segunda Conferencia Internacional sobre Nutrición celebrada en Roma, fue designada embajadora especial de la FAO en esa misma ciudad el pasado 12 de junio y se estrenó en su nuevo cometido el 23 de julio con una visita a la Exposición Universal, dedicada a la alimentación.