NACIONES UNIDAS (EFE).- Aunque la búsqueda del desarrollo se ha convertido en el tema de fondo de la Cumbre Mundial de la ONU, el Consejo de Seguridad aprovechó hoy la presencia de 170 líderes para instarles a que luchen juntos contra el terrorismo y la guerra.

El Consejo, en una reunión en la que participaron los jefes de Estado y de Gobierno de los quince países que lo integran, instó a la comunidad internacional a promulgar leyes que prohíban la incitación al terrorismo y fortalecer las políticas para prevenir conflictos, especialmente en Africa.

Adoptó dos resoluciones, promovidas por el Reino Unido, en una sesión en la que intervino el secretario general, Kofi Annan, y los líderes de los quince países miembros de ese órgano decisorio presentes en la Cumbre Mundial, la mayor reunión de gobernantes de la historia.

La primera resolución exige a los gobiernos prohibir por ley la incitación a actos terroristas, e insta a colaborar más con la extradición de personas vinculadas con grupos terroristas y a continuar con los esfuerzos internacionales para potenciar el diálogo entre civilizaciones.

En la segunda resolución se establecen mecanismos para reforzar el papel de la ONU en la prevención de conflictos, y se insta a Annan a que haga informes regulares sobre la situación en Africa y sobre las iniciativas diplomáticas que se pueden tomar para impedir que algunos países caigan de nuevo en la guerra.

Annan dijo que el terrorismo constituye «un ataque a los valores de la ONU», y recordó que propuso una estrategia antiterrorista global para la ONU en la Cumbre Internacional sobre Democracia, Terrorismo y Seguridad que se celebró en Madrid en marzo, justo un año después de los atentados terroristas en la capital española.

El presidente de EEUU, George W. Bush, dijo que los gobiernos deben hacer más para congelar los activos financieros de personas vinculadas al terrorismo y prevenir que accedan a armas de destrucción masiva.

El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que «no se debe subestimar la amenaza del terrorismo», que no sólo se lleva vidas en Irak, sino también en países desarrollados.

El presidente de Rusia, Vladímir Putin, dijo que la tarea de los líderes «es crear un frente común para luchar contra esta lacra», y pidió a los países que ratifiquen la Convención para la Supresión de Actos terroristas nucleares, firmada hoy por los gobernantes de Argentina, Brasil, España, EEUU, Perú y el Reino Unido.

Los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, y Argentina, Néstor Kirchner, insistieron en la necesidad de fomentar mecanismos multilaterales para combatir el terrorismo y subrayaron que los problemas de desarrollo también son las bases de este flagelo.

El desarrollo fue el asunto central de la primera jornada de la Cumbre Mundial, que terminará el viernes.

Hubo un clamor general para que se destinen más recursos para financiar los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que muchos países desfavorecidos no podrán lograr en 2015, tal y como se marcó como meta la ONU.

«El último cuarto de siglo se ha realizado una importante reducción de la extrema pobreza, pero la solidaridad de la comunidad internacional no ha sido suficiente», aseguró Annan en la reunión sobre Financiación al Desarrollo celebrada en el marco de la Cumbre.

Un estudio reciente impulsado por la ONU calcula que se necesitan entre 135.000 y 195.000 millones de dólares anuales para lograr que los países en vías de desarrollo puedan lograr las llamadas Metas del Milenio.

Estos objetivos, aprobados en 2000, pretenden reducir la pobreza a la mitad, conseguir la educación infantil universal, combatir las enfermedades y el sida, y avanzar en la mejora de las condiciones de vida de mujeres y niños.

Cinco años después de la Cumbre del Milenio, estos objetivos están lejos de ser cumplidos, especialmente por la falta de compromiso de los países ricos para aportar en ayuda al desarrollo el 0,7 por ciento de su riqueza.

Annan recordó que en esta Cumbre, se adoptará un compromiso para incrementar la ayuda al desarrollo en 50.000 millones de dólares, pero esta cifra también es insuficiente.

Algunos mandatarios denunciaron que la falta de recursos no es el único obstáculo que les impide alcanzar los Objetivos del Milenio, pues también padecen los efectos de la carga de una deuda externa excesiva, y del proteccionismo comercial de los países más ricos.

Lo que quedó claro es que tanto los países ricos como los menos desarrollados tienen que poner más interés, cada uno por su parte, para lograr el desarrollo y erradicar la pobreza en 2015.

El presidente del Banco Mundial, Paul Wolfowitz, dijo que los países en desarrollo deben de hacer un esfuerzo adicional por combatir la corrupción, mejorar su gobernabilidad y hacer un buen uso del dinero recibido, que debe dirigirse a la construcción de infraestructuras.

Pero tal y como recalcó el presidente de México, Vicente Fox, los países ricos tienen la obligación de «armonizar los procedimientos de asignación de recursos, alinear la ayuda con las prioridades de cada país receptor y enfocarla a la reducción de la pobreza».

Lula dijo que «el debate sobre mecanismos innovadores para financiar el desarrollo no es ya más un tabú» y pidió «actuar deprisa».

El mayor reclamo de las naciones en vías de desarrollo fue una eliminación de las barreras comerciales que impide a estos países introducir sus productos en los mercados de las economías avanzadas.

«Si esas barreras se levantaran, los países en desarrollo podrían generar unos beneficios equivalentes a 130.000 millones de dólares», dijo el presidente de Chile, Ricardo Lagos.