ONU llama socorrer millones personas desesperadas

ONU llama socorrer millones personas desesperadas

Naciones Unidas (EFE).- La ONU necesita con urgencia 4.700 millones de dólares para ayudar a 31 millones de personas en situación desesperada por las guerras, hambrunas, huracanes y terremotos registrados en 2005 en el mundo. El llamamiento lo hizo el secretario general de la ONU, Kofi Annan, al presentar las previsiones de auxilio humanitario de la organización para 2006, tras un año en que se acumularon como nunca las desastres naturales y los causados por el hombre.

   Annan precisó en una declaración que la ayuda se repartirá en 26 países donde persisten las consecuencias de catástrofes de todo tipo registradas en los últimos doce meses, y en los que cada afectado recibirá una media de 150 dólares.

   Tras destacar que este año la comunidad internacional ha mostrado «una enorme generosidad», Annan dijo que «este llamamiento es una oportunidad para extender la ayuda a aquellos cuya situación no ha centrado aún la atención mundial».

   El coordinador para Asuntos Humanitarios y Situaciones de Emergencia, Jan Egeland, explicó en rueda de prensa que cuatro son las regiones que reclaman mayor auxilio.

   Egeland citó el Sudoeste Asiático, donde persisten los efectos del tsunami de finales de 2004, el Norte de Pakistán, afectado por el terremoto del pasado otoño, el Oeste de Africa, por la hambruna en Niger, y Sudan, por la guerra en la región de Darfur, en el oeste, y la pérdida de cosechas en el sur del mismo país.

   También denunció el abandono de la población en otros estados de Africa, como Burundi, Chad, República Democrática de Congo (RDC), República Centroafricana, Liberia, Uganda, Somalia y Zimbabue, en los que prosiguen conflictos armados o situaciones de emergencia que han pasado desapercibidos por catástrofes de mayor magnitud.

   «Muchos de esos desastres han sido largamente olvidados por la comunidad internacional», afirmó Egeland, quien asimismo se refirió a la falta de ayuda que sufren los habitantes de zonas de Guatemala afectadas por el reciente huracán que asoló Centroamérica.

   La petición de ayuda de la ONU -la más alta tras la realizada en 2003 por 5.100 millones de dólares-, se produce en un momento de grave crisis financiera en el seno del propio organismo mundial.

   Warran Sach, interventor de la ONU y asistente de Annan, advirtió ayer en rueda de prensa que el organismo podría verse obligado a suspender algunas de sus misiones y programas humanitarios si no se se aprueba el presupuesto general bianual antes del 31 de diciembre, que se encuentra bloqueado por objeciones de EEUU.

   «La situación es muy frágil. Puede crear problemas reales en términos de capacidad de nuestras operaciones», advirtió Sach, quien pese a la insistencia de los periodistas evitó nombrar cuales son las operaciones más amenazadas de suspensión.

   Si no se adopta el presupuesto, que alcanzará los 3.800 millones de dólares, Sach dijo que habría un déficit presupuestario inicial de 325 millones de dólares en los próximos tres meses, que deberá ser financiado a través de otros mecanismos.

   Especificó que una de las opciones más viables sería pedir dinero prestado al departamento de Operaciones de Mantenimiento de Paz, que cuenta con un presupuesto separado, o iniciar recortes de personal y de ciertos suministros.

   Estados Unidos, el mayor donante de la ONU, exige la aprobación de una partida especial para financiar la reforma del organismo con el pretexto de dar credibilidad a ese proceso, antes de dar por válido el presupuesto, en una situación que no tiene precedentes en los 60 años de existencia de Naciones Unidas.

   La polémica esconde un pulso entre EEUU y la Secretaría General de la ONU para orientar la reforma de la organización, que se ha revelado imprescindible tras el escándalo de corrupción en el programa humanitario para Irak «Petróleo por Alimentos».

   Washington quiere acelerar el proceso dejando aparcados los asuntos mas polémicos -como la ampliación del Consejo de Seguridad-, mientras que Annan es partidario de una reforma en profundidad, para lo que cuenta con el apoyo de la mayoría del resto de los 191 países de la Asamblea General de la organización.

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