ONU lucha contra miseria Haití

ONU lucha contra miseria Haití

NACIONES UNIDAS (EFE).- Tras meses de intensos trabajos para apaciguar la violencia y la fuerte inseguridad en Haití, la misión desplegada por la ONU trata ahora de acometer proyectos para reconstruir las infraestructuras y la economía del país caribeño.

La principal prioridad de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) fue hasta ahora la recomposición de las fuerzas de seguridad y policiales del país, así como la puesta en marcha de programas de desarme y desmovilización.

Ello obligó durante los primeros meses de trabajo a dejar en un segundo plano otras de las grandes prioridades del país: la lucha contra el subdesarrollo, la falta de infraestructuras y el hambre.

El problema es que precisamente la pobreza y la miseria son un caldo de cultivo de la violencia y la insurrección de grupos armados, según se puso de manifiesto en una sesión especial del Consejo de Seguridad sobre Haití celebrada hace unas semanas.

«La imbricación de fenómenos como la miseria, el desempleo y el analfabetismo son caldo de cultivo para todo tipo de males sociales y maniobras políticas», aseguró en esta sesión el ministro de Relaciones Exteriores del país caribeño, Yvon Simeón.

«Los enemigos de la patria reclutan a sus esbirros y seguidores en los lugares más desfavorecidos y utilizan hábilmente los problemas del pueblo para lograr sus fines políticos macabros», aseguró el ministro.

Por ello, pidió en el Consejo de Seguridad a la comunidad internacional la adopción, con urgencia, de un plan de recuperación de la economía nacional y de mejoramiento de las condiciones de vida de la población, en particular en las zonas marginadas.

El jefe de la MINUSTAH, el diplomático chileno Juan Gabriel Valdés, coincide con el ministro en la importancia de dotar a la misión de un componente de «desarrollo social», y no solo de «fuerza disuasoria», según ha expuesto en sus últimas intervenciones.

Pero hasta ahora las circunstancias sobre el terreno no lo han hecho del todo posible, especialmente por el empeoramiento de la situación de inseguridad en algunas partes del país, en especial en barrios como Cité Soleil, en Puerto Príncipe.

Allí, la MINUSTAH desarrolló un amplio operativo a mediados de diciembre, con objeto de desmantelar las numerosas bandas criminales armadas que pueblan sus calles, muchas de las cuales tienen «variadas y enfrentadas lealtades políticas», según Valdés.

La Misión de la ONU también ha actuado con éxito en otros campos, como en frenar a los grupos de ex militares que se han aventurado a desafiar la autoridad del Gobierno de transición, así como en contener a los grupos armados ilegales partidarios del anterior presidente.

Paralelamente, la MINUSTAH ha desarrollado un amplio programa de desmovilización, desarme y reintegración de las facciones armadas, especialmente antiguos militares, algunos de los cuales ha recibido adelantos de indemnizaciones y han prometido participar en programas de reinserción.

Una vez logrados estos objetivos, la misión de la ONU -formada fundamentalmente por unos 5.500 soldados, muchos de ellos latinoamericanos- ha podido centrarse en otras tareas importantes, especialmente la reconstrucción de infraestructuras esenciales para la economía del país.

Las primeras actuaciones han sido la recuperación de infraestructuras viales en Puerto Príncipe y en Cabo Haitiano. Estas labores, además, han provocado una mejora de las relaciones entre el personal militar y la población local, que en ocasiones recibió con aplausos la llegada de las máquinas excavadoras y las dotaciones de soldados con picos y palas, según relató Valdés en su última intervención ante el Consejo. Para poder financiar estas tareas, la ONU necesita que los países donantes hagan efectivos las contribuciones prometidas en la conferencia de donantes de Washington.

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