La Oficina de la ONU para los Derechos Humanos pidió este martes, en un debate sobre la situación en Haití, que las autoridades del Estado caribeño alcancen un acuerdo para formar «sin demora» un gobierno de transición que frene los crecientes niveles de violencia de bandas en el país.
En una intervención ante el Consejo de Derechos Humanos, el alto comisionado Volker Türk presentó un nuevo informe de su oficina en el que denuncia que desde principios de año se ha registrado una intensificación de los ataques perpetrados por bandas criminales contra comisarías de policía, prisiones y otras instalaciones, con el objetivo de «derrocar a las autoridades en el poder».
Esta escalada de violencia ha tenido «consecuencias devastadoras» para la población del país, la cual, según Türk, no puede esperar más ante la violación «sin precedentes» de sus derechos humanos.
«El pueblo haitiano espera ansiosamente el resultado de las conversaciones encaminadas a poner en marcha estos acuerdos de transición, que en última instancia allanarían el camino para la celebración de elecciones», afirmó el alto comisionado austríaco al presentar el informe.
Según datos de la oficina dirigida por Türk, entre el 1 de enero y el 20 de marzo, al menos 1.434 personas han muerto y 797 han resultado heridas en Haití en ataques relacionados con bandas, lo que representa el periodo más violento desde que hace dos años este organismo de la ONU comenzara a hacer un seguimiento de las víctimas de asesinatos, lesiones y secuestros relacionados con la violencia de bandas.
Los datos registrados reflejan también niveles nunca vistos de violencia sexual registrada en el país, especialmente contra mujeres y niñas, muchas de las cuales sufren un mayor riesgo de ser víctimas de esta violencia al verse obligadas a marcharse lejos de sus zonas de residencia y comunidades.
El informe también denuncia la necesidad de crear corredores para garantizar el acceso a la ayuda humanitaria vital, de la que dependen aproximadamente 5,5 millones de haitianos, entre ellos 3 millones de niños.
No obstante, Türk recordó que para poner en marcha estos corredores es esencial el despliegue «inminente» de la misión multinacional aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU en octubre del pasado año a petición del propio Gobierno de Haití para frenar la espiral de violencia.
Esta misión se encuentra actualmente bloqueada ya que iba a estar encabezada en sus inicios por fuerzas de seguridad de Kenia, pero la Justicia del país africano paralizó su envío en enero al considerarla «inconstitucional».
En cuanto al reclutamiento de menores por parte de las bandas, el alto comisionado aseguró que debe ser «prioridad absoluta» su reintegración en la sociedad con programas que incluyan apoyo psicosocial a largo plazo, así como un acceso garantizado a una educación y una sanidad de calidad.
También instó a la comunidad internacional a adoptar medidas más estrictas para impedir el suministro, la venta, el desvío o la transferencia ilícitos a Haití de armas pequeñas, armas ligeras y municiones.
«Ha llegado el momento de poner fin al estancamiento político, de reconstruir urgentemente la paz, la estabilidad y la seguridad en el país, y de dar a los haitianos la esperanza que tan desesperadamente necesitan», concluyó Türk.
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