NACIONES UNIDAS,  (EFE).- El profundo deterioro de la situación política en Birmania y los ataques del gobierno militar a la población fue abordado ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU, que al final pidió “contención” a Rangún, pero evitó su condena por el desacuerdo de China.

“La situación interna de Birmania aún no representa una amenaza para la paz y la seguridad” internacional, afirmó el embajador de China ante la ONU, Guangya Wang, al término de la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

El Consejo de Seguridad de la ONU se reunió  a petición del Reino Unido, ante el profundo deterioro de la situación en Birmania, donde las fuerzas de seguridad del régimen militar dictatorial reprimieron varias manifestaciones pacíficas.