NACIONES UNIDAS (EFE).- El Consejo de Seguridad recordó ayer el primer aniversario del atentado contra la sede de la ONU en Bagdad, así como expresó su apoyo al personal del organismo que trabaja actualmente en medio de peligros y dificultades.

   En un comunicado leído por el presidente de turno del Consejo, el embajador de Rusia, Andrei Denisov, los 15 miembros de este órgano ejecutivo de la ONU rindieron un tributo a los 22 funcionarios que murieron en el atentado de hace un año, en especial al enviado especial en Bagdad, el diplomático brasileño Sergio Vieira de Mello.

   «Los miembros del Consejo consideran que estas muertes son irreparables para las Naciones Unidas y para la comunidad internacional», manifestó Denisov.

   Recordó que estas muertes fueron resultado de un atentado que tenía como único objetivo quebrantar la voluntad de la comunidad internacional.

   «La comunidad internacional fue a Irak con la mera misión de ayudar a los iraquíes a retomar el control de su destino y construir un futuro de paz, justicia, soberanía e independencia», agregó.

   El diplomático ruso subrayó que los autores del atentado cometieron un crimen, no sólo contra las Naciones Unidas, sino contra Irak mismo.

   Los miembros del Consejo también expresaron su firme apoyo al personal de la ONU que actualmente se encuentra trabajador en Irak, a pesar de los peligros y las dificultades.

   El pasado 13 de agosto llegó a Bagdad el nuevo representante de la ONU en Irak, el diplomático paquistaní Ashraf Yehangir Qazi, quien también encabeza la reducida Misión de Asistencia en el país árabe (UNAMI), que ayudará en tareas de reconstrucción y asistirá al nuevo Gobierno interino iraquí en el proceso de transición política.

   En el comunicado, el Consejo de Seguridad condenó firmemente «los continuos ataques contra representantes de la comunidad internacional trabajando en Irak».

   El tributo del Consejo de Seguridad se sumó al de los funcionarios que trabajan en la sede de la ONU en Nueva York, que recordaron la tragedia con una ceremonia, presidida por la vicesecretaria del organismo internacional, Louise Frechette.

   En el acto participaron representantes de los distintos gobiernos, así como familiares y amigos de las víctimas del atentado.

   Tras ver un documental que recoge la dilatada carrera de Vieira de Mello, además del trabajo y los logros de la misión de la ONU en Bagdad, los participantes oyeron, vía satélite, las palabras que pronunció el secretario general, Kofi Annan, en una ceremonia paralela en Ginebra.

   Posteriormente, la vicesecretaria procedió a revelar una placa conmemorativa situada en la entrada de visitantes de la sede de la ONU en honor a las víctimas y heridos en el atentado.

   Los funcionarios de la ONU concluyeron la celebración con un marcha silenciosa alrededor de la fuente, que se encuentra frente a la oficina del Secretariado.