A las 9:30 a.m. del próximo martes, Ban Ki-moon, el octavo secretario general de la Organización de Naciones Unidas entrará en sus oficinas centrales azul cielo, en Turtle Bay, Nueva York, recorrerá las instalaciones y saludará a un equipo incierto.

Casi tres meses después de lograr el respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU para el cargo principal, las intenciones del diplomático surcoreano siguen siendo un misterio.

En su nombramiento, el señor Ban prometió restablecer la confianza en una institución fatigada –una declaración que algunos interpretaron como un fuerte ataque a su predecesor, Kofi Annan. Sin embargo, hasta ahora ha evitado nombrar a su equipo y ha revelado poco sobre la forma en que enfrentará las crisis políticas por todo el mundo que se está pidiendo que la ONU que ayude a resolver.

En los días previos a la pausa por Navidad, funcionarios y diplomáticos estaban tratando de extraer información de la prensa, y viceversa.

Lo que se conoce del carácter de Ban es limitado: es un hombre de alto vuelo que divide su diario en espacios de cinco minutos, y que no tiene “hobbies”. También Ban ha desplegado un curioso sentido del humor. En la cena de corresponsales en la ONU le regaló al auditorio una canción sobre Santa Claus, con el arreglo “Ban ki-Moon is coming to town”. Presume de que en Corea del Sur le llaman “la anguila resbalosa”, por ser “amigo de los medios”, y George Stephanopoulos, de ABC News, lo acusó de esquivar las preguntas difíciles sobre Irak.

La primera decisión importante de Ban será el nombramiento de un vice-secretario general, jefe de personal y un equipo de comunicaciones. Pero no se han dado nombres y los anuncios pudieran pasar al año próximo.

Los nombramientos de quienes dirigirán los distintos departamentos de la ONU, como los asuntos  sobre el mantenimiento de la paz, o los temas políticos es probable que  tomen más tiempo, y se dice que Ban está considerndo un cambio en la forma en que organizados.

El resultado será observado muy atentamente, para descubrir cómo el Nuevo secretario general planea lidiar con las demandas de influencia a través de esas designaciones de los miembros más poderosos de la ONU, incluyendo Estados Unidos.

En la medida que han pasado las semanas, algunos diplomáticos se han estado preguntando si Ban, en realidad se ha quedado sorprendido por la dimensión de los intereses que compiten, la intriga en y complejidad de la ONU. Otros argumentan que él se está manejando en un tono menor, pero en control de un proceso de maniobrar con las exigencias en conflicto de mérito y geográficas para construir un equipo nuevo e innovador.

Ante la ausencia de hechos concretos, los diplomáticos, reporteros y chismosos están muy ocupados llenando ese vacío. En determinado punto, muchos pensaron que el secretario general más probable sería un colombiano; ese criterio cedió el paso a teorías sobre un saudita, un egipcio o jordano, y otro nigeriano.

El mismo nivel de incertidumbre ha rodeado los departamentos claves: en algún momento, muchos insinuaron que EEUU podría batallar por tomar el control del mantenimiento de la paz. Ahora la teoría dice que quiere los asuntos políticos.

Los miembros poderosos del Consejo de Seguridad siguen apoyando a Ban. Un destacado diplomático insinuó que él podría “sorprendernos a todos siendo mucho mejor de lo que esperamos”.

Un diplomático africano fue menos generoso, al sugerir que muchos delegados se estaban preocupando. Sin embargo, un delegado árabe descartó esos comentarios, como quejas menores, y recordó que Ban conoció e John F. Kennedy en su juventud.

Por su parte, Ban sigue siendo inescrutable. Al responder una pregunta del Financial Times –a pesar de los mejores esfuerzos por mantener la seguridad en los detalles– dijo que todavía está “revisando” y que los nombramientos tomarían “un poquito mas de tiempo”.

VERSION IVAN PEREZ CARRION