ONU: virus del Sida afecta 38.6 millones
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ONU: virus del Sida afecta 38.6 millones <BR>de personas

Naciones Unidas  (EFE).- Cinco años después del importante compromiso internacional alcanzado en la lucha contra el sida, la ONU asegura que se han logrado avances, pese a lo cual el virus sigue imparable y afecta ya a 38,6 millones de personas en el mundo. Así consta en el último “Informe mundial sobre la epidemia del sida”, el documento más amplio y exhaustivo publicado hasta ahora por la ONU y en el que se incluyen datos aportados por 130 países.

El documento se ha divulgado en la víspera del inicio en la ONU de una cumbre sobre la enfermedad, en la que se analizarán los avances en los compromisos alcanzados en 2001 y las nuevas metas que debe fijarse la comunidad internacional.

“En estos cinco años ha habido grandes progresos, especialmente en materia de prevención, pero la mala noticia es que el virus sigue expandiéndose en determinadas zonas, y especialmente en Africa”, aseguró hoy el director del Programa de las Naciones Unidas contra el Sida (ONUSIDA), Peter Piot.

En los 25 años que han transcurrido desde que se identificó la enfermedad, el HIV ha infectado a unos 65 millones de personas, de los que han muerto unos 25 millones. En la actualidad, asegura la ONU, hay 38,6 millones de infectados en el mundo, y la “inmensa mayoría” no son conscientes de ello, lo que representa un gran peligro en la lucha contra la epidemia.

Además, el sida se ha convertido “en uno de los mayores problemas de desarrollo y de seguridad a los que se enfrenta el mundo actualmente”, asegura el informe.

Sólo en 2005, el sida se cobró la vida de 2,8 millones de personas, y más de cuatro millones se contagiaron con el virus, lo que supone, pese a la gravedad de la cifra, uno de los índices más bajos de los últimos años.

Mientras el número de infectados sea mayor al de fallecidos, la enfermedad seguirá en expansión, alertó la ONU, que denunció la falta de recursos que sufren algunos países pobres, así como la necesidad de luchar contra la discriminación y mejorar el acceso a tratamientos.

La radiografía del estado de la epidemia en el mundo es muy desigual, pese a que todos los países se han esforzado en el establecimiento de programas y en la aportación de recursos en contra de la enfermedad.

De hecho, uno de los compromisos logrados de los que se fijaron en 2001 ha sido el de la contribución financiera, con una aportación anual de 8.300 millones en 2005.

Algunos países, como Kenia y Zimbabue, han reducido el impacto de la enfermedad, y otros han tratado con mayor o menor éxito de aumentar el acceso a tratamiento médicos o de lanzar programas de prevención.

Sin embargo, alerta la ONU, la enfermedad sigue imparable en el Africa Subsahariana, que sigue siendo la región más afectada del mundo, con 24,5 millones de personas infectadas.

Igualmente, el virus se está expandiendo en Europa Oriental, al calor de la proliferación de drogas inyectables, en China y la India, y también en Latinoamérica, donde existe una mayor incidencia en la transmisión por contacto sexual entre hombres, dijo Piot.

En América Latina, donde el sida se cobró el año pasado 59.000 vidas, hay 1,6 millones de portadores del HIV, de los que 140.000 se contagiaron en 2005.

Los más afectados de la región corresponden a los países más populosos, especialmente Brasil, que alberga a un tercio de quienes conviven con el virus.

No obstante, en Brasil y en otros países, como Argentina, Chile, Costa Rica, México, Panamá, Uruguay y Venezuela, se han conseguido avances en el acceso al tratamiento del HIV.

Frente a ello, “los países más pobres de América Central y de la región andina siguen esforzándose por ampliar el acceso al tratamiento y superar los obstáculos al acceso a la financiación”, relata el informe.

La zona del Caribe (no incluido en América Latina) sigue siendo lamentablemente la segunda zona del mundo más afectada, con 330.000 infectados, lo que supone una incidencia del 1,6 por ciento, sólo superado por el 6,1 por ciento del Africa Subsahariana.

Los niveles de infección se han reducido en zonas urbanas de Haití y las Bahamas, en tanto que siguen estables en la República Dominicana y Barbados.

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