Opciones para los votantes

Opciones para los votantes

RAMÓN NÚÑEZ RAMÍREZ
El próximo 16 de mayo los dominicanos y las dominicanas con derecho al sufragio tienen la oportunidad de elegir los candidatos entre dos opciones definidas, la alianza progresista o la rosada, cuyas respectivas organizaciones líderes representan valores contrarios en materia institucional, ética, y que en la conducción de la rama ejecutiva del gobierno también han manifestado conductas y resultados diferentes.

En materia de democracia interna el votante enfrenta la boleta progresista, conformada en su mayoría por un liderazgo joven, seleccionado mediante votación universal o mediante la medición de las encuestas, mientras del lado de la alianza rosada  el voto universal o el voto interno en las respectivas organizaciones representó la excepción, mas no la regla. En la denominada alianza rosada, para el caso del PRD, fueron descartados candidatos surgidos mediante el voto mayoritario de las convenciones, se sacrificaron liderazgos emergentes con clara posibilidad de elegirse y hasta de reelegirse, mientras en el caso del partido reformista básicamente se trató de un reparto de candidaturas, en función de la incidencia interna de grupos, especialmente los identificados con el candidato a senador por Higüey, que es sin lugar a dudas el poder real tras una organización fragmentada y en vías de extinción, como han pronosticado distinguidos pensadores sin afiliación partidaria.

En el caso de la alianza de partidos encabezada por el PLD, se trata de una organización con un liderazgo colectivo en donde el Presidente de la Republica y del partido, por meritos propios y una ejecutoria brillante, representa el primero entre un grupo de iguales, mientras el caso de la denominada alianza rosada es la fiel expresión de la voluntad hegemónica de dos personalidades, el expresidente por un lado y el candidato a senador por el otro, jefes indiscutibles de facciones  que en cada parcela se han constituido en aplanadoras de los líderes garantes del relevo y con el carisma para convertir a sus respectivas organizaciones en reales opciones de poder.

Los votantes podrán decidir entre candidatos que garanticen un Poder Legislativo más equilibrado y que tenga la capacidad para trabajar junto al Poder Ejecutivo en una etapa de la historia dominicana en donde serán fundamentales profundas reformas económicas, sociales e institucionales, dirigidas a preparar a la nación para aprovechar las ventajas del DR-CAFTA y minimizar los impactos negativos. También los votantes tendrán la oportunidad de reelegir o castigar a los legisladores que se sumaron al festival de contratos que provocaron la duplicación de la deuda externa.

En cuatro años la primera administración del PLD redujo la deuda externa en 5.35% y legó al país uno de los más bajos niveles de endeudamiento, apenas 19% del PIB, mientras el promedio latinoamericano rondaba el 48%; pero un gobierno más preocupado por inflar el gasto con fines reeleccionistas embarcó a la Nación en un endeudamiento irresponsable, acelerado, inútil, que condujo en cuatro años a un aumento de 72.42% de la deuda externa desembolsada, y a un peligroso nivel equivalente al 33.5% del PIB, que sumada a la deuda interna, elevó la deuda publica a 52.1% del PIB, posición que nos convierte en un país vulnerable y en potencial riesgo para mantener la sostenibilidad fiscal. De esta situación son responsables, aparte del gobierno del PPH-PRD, los actuales senadores y diputados del PRD y el PRSC,  que sin pensar en sus consecuencias votaron por el festival de contratos de préstamos, algunos onerosos.

De un lado el votante encontrará los candidatos de un bloque que condujo al país en el período 1996-2000 a los mayores niveles de crecimiento en toda la región, con absoluta estabilidad, y en el actual período  restablecieron la estabilidad y el crecimiento económico, tras el desastre inflingido por una administración que por sus pésimas políticas y un torpe manejo de quiebras bancarias, condujeron la Nación a un desastre cuyo resultado fue un retroceso de varios años y la incorporación de millón y medio de dominicanos al ejército de la pobreza extrema.

Los votantes tienen la oportunidad de elegir entre un bloque progresista que desde el Poder Ejecutivo ha enfrentado el narcotráfico, la criminalidad y el desorden institucional, incrementado exponencialmente en la administración que hoy encabeza la denominada alianza rosada.

Los votantes tienen la oportunidad el próximo 16 de mayo de reelegir a los síndicos que han trabajado a favor de sus comunidades y castigar a los que han dilapidado más de 20 mil millones de pesos sin arreglar una calle, reconstruir una acera, recoger la basura o adecentar los vertederos.

Los dominicanos y las dominicanas tienen el próximo 16 de mayo la oportunidad de votar por un Congreso más equilibrado y mejores síndicos, que conjuntamente con el Poder Ejecutivo trabajen a favor del progreso, y sepultar las aspiraciones de una facción que condujo a esta nación al retroceso económico, político y social.

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