Las recientes elecciones generales convidan a varias lecturas, la principal se orienta por la puja de figuras para optar por posiciones electivas, tendentes a renovar el escenario orientado hacia el certamen cívico del 2020.
En ese contexto, mi voto para la presidencia fue para Minou, para estimularla a que profundice su trabajo político y merezca el respaldo de sus paisanos, con esfuerzos propios, no por el ósmosis de prosapia, como entendió al principio, óptica que pierde a varios, al doctor Juan Isidro Jimenes Grullón, una muestra.
A Vinicito para que no desmaye en su cruzada noble en deshaitianizar al país, política de Estado que los gobernantes del PLD han soslayado pecaminosamente, peligrando gravemente la soberanía nacional.
A David para que construya un relleno sanitario; un parqueo; coloque rejillas en los sumideros que impidan fluyan al drenaje sólidos que los tapan; educar a los munícipes colocar dos días por semana la basura; diseñar una estrategia para un tránsito fluido disponiendo que las principales avenidas sean de una sola vía de 7: OO a. m. a 7:00 pm; nivelar miles de imbornales y con tapas plásticas, nada realizado por el doble cómico que por 12 años dirigió la principal alcaldía del país y que tantas veces insistí.
A Manuel desde la diputación por la FNP para que insistiera en honrar la ley 285-04 que diseña la política migratoria del Estado; denunciar la corrupción del barrilito; propiciar la reforma de la Ley 36 de armas de fuego; aprobar la ley de Partidos y renovar la JCE.
Son propuestas que la sociedad exige y requiere y que se esperanza en estas figuras concretizar esas sentidas aspiraciones ciudadanas, y es ese contexto fue que espontáneo, como siempre, deposité mi voto para propiciar una armonía social óptima.