VIENA (EFE).- Los ministros de los once países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) estudian en Viena qué más pueden hacer para estabilizar el mercado de crudo tras haber abierto ya sus espitas casi al máximo y quedarse por tanto con un muy escaso margen de maniobra.

   A juzgar por las declaraciones de los delegados llegados a Viena el lunes y hoy, martes, parece probable que la OPEP cierre mañana su 132 conferencia regular sin adoptar grandes cambios en la producción y aplace a finales de noviembre o principios de diciembre próximos cualquier modificación de los niveles actuales.

   En vísperas del inminente invierno en el hemisferio norte, que previsiblemente traerá un fuerte incremento de la demanda mundial del crudo, la OPEP se encuentra prácticamente sin más petróleo adicional para ofrecer al mercado.

   Con cerca de un 40 por ciento de la producción mundial de crudo y más de la mitad de las exportaciones de petróleo del planeta, el grupo ha influido de forma decisiva en los precios de esa materia prima durante los últimos años, mediante una política de control del mercado con frecuentes reuniones para ajustar su oferta.

   El último aumento de la misma, pactado el 3 de junio en Beirut para abaratar el crudo, elevó la cuota oficial de producción de diez de los países miembros -todos menos Irak- en más de un 10 por ciento a 26 millones de barriles diarios (mb/d).

   Pero ese fuerte incremento no impidió la escalada de las cotizaciones a casi los 50 dólares por barril en agosto, en concreto del Texas, de referencia en EEUU, como tampoco lo lograron los 2 mb/d adicionales y extraoficiales que bombea el grupo por encima de la cuota, pues aunque se han moderado los precios superan aún los 40 dólares.

   Una de las claves de la situación actual es la paradoja de que esta subida de la oferta agudizó la tensión y el nerviosismo en el mercado, y así también la presión sobre los precios, al dejar al mundo con una muy escasa capacidad de suministros adicionales en caso de emergencia o ante un fuerte aumento de la demanda.

   Según los cálculos de la empresa especializada PVM, esa capacidad adicional, denominada «ociosa», es hoy de apenas un millón de barriles diarios, y está prácticamente sólo en manos de Arabia Saudí, el mayor exportador mundial de crudo y líder de la OPEP.

   Los ministros podrían revisar las cifras y dar a conocer una capacidad quizás mayor, que podría tranquilizar algo al mercado en el dudoso caso de que éste dé credibilidad a las mismas: se estima que la creación de capacidad ociosa suficiente requiere grandes inversiones y bastante tiempo.

   Otra medida discutida, propuesta entre otros por Argelia, es la de oficializar el exceso de producción actual, total o parcialmente, lo que implicaría un aumento de las cuotas oficiales, pero Venezuela se ha mostrado contraria a esta opción, mientras que otros miembros, como Arabia Saudí y Qatar, la estimaron innecesaria.

   Por otra parte, parece claro que la OPEP se ha despedido de la banda de precios de entre 22 y 28 dólares adoptada en el año 2000 para estabilizar el barril de su «cesta de crudos» en una media de 25 dólares, si bien Arabia Saudí sigue insistiendo en su vigencia oficial.

   Venezuela propugna elevarla y fijarla entre 28 y 35 dólares, Qatar quiere defender un precio de entre 28 y 30 dólares y Nigeria aspira incluso a una horquilla de entre 30 y 40 dólares.

   «Es necesario cambiar la banda, pero todavía no hay acuerdo sobre el nuevo nivel», dijo el ministro de Petróleo de los Emiratos Arabes Unidos, Obaid Al-Nasseri.

   Los ministros parecen coincidir en que para reconquistar el control sobre los precios deben ponerse de acuerdo sobre cuál es la cotización más idónea a defender en el futuro, pero quieren esperar a ver cómo evoluciona el mercado antes de fijar un nivel que luego no logren mantener y les reste credibilidad.

   Por otra parte, su poder en el mercado depende también del desarrollo de una mayor capacidad de extracción, cuestión que dominará el seminario convocado por la OPEP en Viena para el jueves y viernes próximos, con la participación de otros importantes actores del sector, como los dirigentes de varias multinacionales del petróleo.

   «Aunque mañana (por el miércoles) haya una sorpresa, no es posible imaginarse que la OPEP pueda tomar actualmente una decisión que tenga un fuerte impacto en el mercado. Hoy, el fortísimo huracán »Iván» que afecta al Golfo de México tiene más influencia en los precios del crudo que la OPEP», dijo a EFE Ehsan Ul-Haq, experto de PVM.