Con el tiempo y la inamovilidad en el poder el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), fue acumulando fuerza que se tradujo en lo que politológicamente podemos describir como una Captura del Estado bajo un régimen neototalitario que se consolidó en los últimos 16 años.
Antes que nada, debemos tener en cuenta que los regímenes neototalitarios, como el que montó el PLD en la República Dominicana: “defienden” la democracia como forma de gobierno, sin embargo, su práctica política niega en sí los valores de la democracia. Predominando la violación sistemática de los derechos humanos a través de prácticas correspondientes al terrorismo de Estado.
En el neototalitarismo del PLD no se trató de colocar bombas en carros de periodistas ni mandarlos al exilio, o en los peores casos mataros; sino de invisibilizar y aniquilar los ingresos económicos de los que no se adherían al sistema bocina; además se orquestó un inmenso aparato de propaganda en el cual se ocultaban las prácticas del gobierno y se tergiversaba la realidad.
También debemos entender que el PLD que operaba como una corporación, logró una Cooptación del Estado llegando al poder a través de las urnas. El gobierno peledeísta derivó en el posicionamiento de sus miembros en lugares clave que operaban como una estructura criminal y mafiosa, que luego terminaría con la llamada Captura del Estado.
La captura del Estado, es el término que ha introducido el Banco Mundial, es el ejercicio de influencia abusiva por parte de élites económicas o políticas, y a veces ambas, para que las leyes y los gobiernos funcionen de acuerdo a sus intereses y prioridades, y actúen en detrimento del interés general de la población.
En el caso dominicano, por poner un ejemplio, el estancamiento y la modificación del Código Penal ha parecido deberse a la aprobación de las tres causales, sin embargo, muchos manejan la tesis de que se trata de un “mediante”, para evitar que sean endurecidas las leyes que castigan la corrupción y el crimen organizado y como vimos en la audiencia de la #OperaciónAntiPulpo no existan penas para castigar ilícitos como el tráfico de influencias, el enriquecimiento ilícito y la complicidad.
Logrando con esto mantener una inseguridad e impunidad jurídica para los miembros de su corporación que operan tanto dentro como fuera del Estado.
Estas acciones contribuyen a aumentar la brecha de la desigualdad y perjudican la democracia.
Esta captura del Estado se logra primero, bajo la captura instrumental de los partidos políticos, cuyos objetivos más que ideológicos y sociales terminan siendo económicos y particulares, asegurando con ello captar los recursos del Estado y el control de los poderes.
Negándole a los ciudadanos el derecho de recibir los recursos públicos de calidad por que pagan, incluso cuando se trata de respirar en un Estado de derecho, como ocurrió con los 11 niños del Hospital Robert Read.
Las más de 400 pruebas entregadas por el Ministerio Público en la Operación Anti Pulpo, hablan del nuevo y avanzado tigueraje político que logró diseñar, desarrollar e implementar el PLD bajo una captura del Estado al servicio del crimen organizado y en otros casos, del narcotráfico.