Nueva York. EFE. El ex presidente de la Reserva Federal (Fed) Alan Greenspan cree que facilitar a la inmigración la compra de viviendas en Estados Unidos es la solución más eficaz para estabilizar los precios, algo que podría ocurrir en el primer semestre del próximo año.
En una entrevista publicada ayer por el diario The Wall Street Journal, Greenspan advierte, sin embargo, de que las caídas de precios en el sector inmobiliario podrían prolongarse más allá de 2009 y que mientras no desaparezcan no acabará la actual crisis financiera internacional.
Los precios de las viviendas en Estados Unidos probablemente comenzarán a estabilizarse o tocar fondo en algún punto en la primera mitad de 2009, aunque podrían continuar bajando durante 2009 y más allá, asegura el economista.
En su opinión, el exceso de viviendas unifamiliares en venta, tanto nuevas como de segunda mano (unas 800.000 más de lo normal) disminuirá pronto, lo que ayudará a que la oferta y la demanda se equilibren y, por tanto, los precios dejen de caer.
Greenspan, quien fue responsable de la política monetaria de la primera potencia mundial durante dos décadas, cree que para lograr que se estabilicen los precios la iniciativa más efectiva, aunque políticamente difícil, pasaría por una gran expansión en las cuotas de inmigrantes cualificados (con capacidad para pagar una hipoteca)».
Ello aumentaría de forma sostenida la demanda de casas vacantes, ya que potenciaría la formación de nuevos hogares.
Los inmigrantes cualificados tienden a formar nuevos hogares, que es con mucho la fuente más importante de demanda por nuevas viviendas, asegura Greenspan .
Según sus cálculo, en Estados Unidos se forman cada año cerca de 800.000 nuevos hogares, de los que cerca de un tercio corresponden a inmigrantes y unos 150.000 de ellos están considerados como cualificados».
Si se dobla o triplica este número se aceleraría radicalmente la absorción de los inventarios de casas sin vender y, por lo tanto, ayudaría a estabilizar los precios, defiende.
En el citado diario, Greenspan califica de mala la respuesta del Gobierno estadounidense a los problemas que enfrentan los gigantes hipotecarios Fannie Mae y Freddie Mac y de los que el economista, de 82 años de edad, lleva años advirtiendo.
En su opinión, la intervención de la Fed para salvar al banco de inversión Bear Stearns hizo inevitable que el Gobierno respaldara luego a Fannie y Freddie.