Cambios del futuro reformas pendientes

Doctor Luis Felipe Rosa Hernández
Por Luis Felipe Rosa Hernández
La sociedad y la naturaleza, el mundo, están permanentemente cambiando y lo nuevo se va imponiendo a lo viejo. Esa es la ley que rige a nuestra existencia, al universo. Todo cambia, en una continua lucha de contrario.
Un ejemplo relevante de esas afirmaciones son los efectos y proyecciones institucionales, sociales y políticas de las iniciativas y ejecutorias de la anterior y la presente gestión de gobierno de Luis Rodolfo Abinader Corona.
Debemos resaltar, que la independencia del Ministerio Público, anteriormente dependiente del Poder Ejecutivo, es un hecho irreversible, que ninguna fuerza podrá modificar ni frenar. Continuará perfeccionándose y avanzando en la dirección de un nuevo régimen en la persecución penal contra los crímenes y delitos del orden público y privado.
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Es relevante también que en materia de transparencia y combate a la corrupción, nadie ni nada podrá retrotraer a la sociedad y la nación dominicana a tiempos pasados ni a pasar por alto sus rémoras aún presentes, que se resisten al cambio que ya ha sido socialmente asumido. Los corruptos y los propensos a la corrupción no dejarán de existir. Lo que importa es que ya no podrán encontrar aceptación ni quedar impunes. La sociedad y la justicia están vigilantes, y ese es un legado que se impondrá a las gestiones de gobierno del futuro.
Esos son los desafíos que esta sociedad tendrá que enfrentar en los años por venir, para superar las lacras que arrastramos desde los tiempos más oscuros y atrasados de nuestra existencia como nación.
A pesar de las dificultades y amenazas que encaramos, estamos obligados, gobierno y sociedad, a seguir avanzando y realizar más y mejores contribuciones en todos los aspectos, en particular en la actualización y mejoramiento institucional, reformando las normas que ya no responden a los requerimientos del estado y la sociedad. Es preciso enumerarlas y establecer un orden de prioridad, para acometerlas con prisa y sin pausas, porque el tiempo apremia como desafío a los osados y los atrevidos.
En lo inmediato, además de las reformas que deben emprenderse en el sistema de la seguridad social y de salud, de manera urgente y pensando en el pueblo, se impone poner en agenda la reforma de nuestro actual sistema de elección plurinominal de los legisladores y ediles municipales, porque la democratización procurada con la implantación del voto preferencial no ha resultado ser, como decía Vicente Sánchez Barret, más ventajoso que el sistema de boleta cerrada que existía anteriormente y que parece garantizaba una mejor composición de la Cámara de Diputados y las salas capitulares de los ayuntamientos.
Estamos obligados a examinar y reformar la normativa electoral y de los partidos y movimientos políticos.