Ferias entrampadas

De cuando en vez, los bancos o las entidades financieras (dealers) celebran con toda pompa “ferias de vehículos” en donde clientes y relacionados, tanto con la banca como las agencias de venta de vehículos se ponen de acuerdo para efectuar “grandes rebajas y facilidades” en la adquisición de un vehículo nuevo o usado para que “ande montao”.

Para tales fines, dejan a un lado las normas prudenciales y hasta dan “facilidades crediticias” a clientes que a vuelo de pájaro no tienen condiciones para el repago de sus obligaciones en caso de sobrevenirle una condición especial o de apremio en estos momentos de crisis mundial.

¿Cómo es posible que esto suceda? Existen ciertas épocas del año en que las empresas visualizan una bonanza momentánea en el flujo de dinero que obtendrán ciudadanos que se dejan llevar por los cantos de sirena que tentaron a Ulises y aceptan ofertas que más tarde no podrán honrar los compromisos a que se obligan. Esto sucede en períodos muy especiales del año, sea porque recibirá el salario 13 de Navidad, día de los enamorados o de las madres, o por cualquier otro motivo baladí que pueda influenciar en el estado de ánimo de la posible víctima, verbigracia: aniversario de boda o cumpleaños.

El anzuelo para que los incautos acudan y compren un vehículo es un inicial bajo e intereses mensuales muy por debajo de los que se ofrecen en el mercado. Ahora bien, los que no se le especifica a estos ingenuos compradores es que el interés es variable y que será equiparado al que establece el Banco Central de la República Dominicana. Por supuesto, en época de inflación, la misma sólo se dispara hacia arriba, lo que significa, que la ventaja inicial que obtuvo el comprador, la pierde de golpe y porrazo cuando el Banco Central aumenta los intereses y por supuesto, los compradores de vehículos se les notifica ese aumento, al no estar presupuestado, significa un constreñimiento en su presupuesto y se ve obligado a entregar el vehículo financiado, perdiendo en el camino, no sólo el inicial avanzado, sino la casi totalidad de los pagos mensuales efectuados, salvando parte de lo invertido, únicamente si aparece otro cándido mortal, que creyendo tener una gran ventaja se hace cargo de la deuda y de seguir pagando puntualmente los pagarés firmados por su antecesor. Ironías de la vida, aquel sujeto que llevándose de los cantos de sirena obtuvo un vehículo nuevo financiado y talvez en menos de cuatro meses se ve en la necesidad de entregarlo sufre una crisis, no sólo familiar sino social que le puede ocasionar un desbarajuste en su vida cotidiana, incluso algunos que no soportan la afrenta o las burlas han preferido el suicidio antes de soportar el sarcasmo de sus conciudadanos, muchos de los cuales se regocijan por haber sufrido una experiencia similar y saberse no ser los únicos en haber pasado por tan infausto trance.

Creemos que el Gobierno Dominicano está en el deber de advertir a los compradores de vehículos en ferias, que sólo el inicial es fijo, más los intereses, aunque inicialmente fijados a una tasa atractiva, no son permanentes y que en un futuro, su alza puede determinar la pérdida del vehículo más los pagarés abonados hasta la fecha de la disolución contractual, por incumplimiento de pago.