Inteligencia artificial o la transformación tecnológica de nuestras vidas

Fernando Álvarez Bogaert.
Dedicado a mis hijos: Jason Leedy y Alexandra Álvarez de Leedy.
1/4
La inteligencia artificial (IA), tópico en constante evolución y que, para abordarlo en esta ocasión, hemos tenido como fuentes de importancia las revistas The Economist, MIT Technology Review, Harvard Business Review, los periódicos Financial Times, The New York Times y Bloomberg, etc.
Lo que antes era ficción en autores como Asimov o Clarke, ahora es parte de la cotidianidad actual.
Puede leer: Temporada ciclónica y el cambio climático
Esta revolución tecnológica que impacta en todos los sectores del colectivo social no nació con Silicon Valley ni con las máquinas modernas, se remonta al antiguo anhelo humano de crear herramientas capaces de pensar, razonar y aprender como el humano. Desde los mitos del gigante Talos o Pigmalión en la Grecia clásica, la idea de dar inteligencia a los objetos ha acompañado la evolución del pensamiento humano.
El salto de los mitos a la ciencia se desarrolla con la lógica matemática y la computación en el siglo XX. El matemático británico Alan Turing, uno de los padres de la IA, se preguntó en ensayo publicado en la revista Mind —octubre de 1950— titulado: “Computing Machinery and Intelligence” (¿Pueden pensar las máquinas?), proponiendo la célebre prueba denominada “de Turing” para establecer si una máquina podía imitar el pensamiento humano, adicionando, además, su modelo de máquina universal con la que sentó las bases de la computación moderna.
Como disciplina científica formal, la IA nació en 1956 durante una conferencia en el Dartmouth College (Estados Unidos), organizada por John McCarthy, Marvin Minsky, Claude Shannon y Nathaniel Rochester; fue allí donde se acuñó el término “Artificial Intelligence” partiendo del principio de que las computadoras, con tiempo y programación, podrían realizar cualquier tarea humana.
El entusiasmo inicial dio paso a avances notables: los primeros programas de ajedrez, traductores y sistemas de razonamiento lógico, pero, limitaciones tecnológicas de la época como procesadores lentos y escasez de datos, detuvieron el progreso, provocando los llamados “inviernos de la IA” en los años 70 y 80, dando como resultado, la reducción de su financiamiento y con esta, las expectativas.
La llegada del siglo XXI marcó un renacimiento de la IA con tres factores transformadores del panorama de esta revolución tecnológica:
- El auge del Big Data.
- El incremento exponencial de la capacidad de cómputo.
- Los avances en aprendizaje automático (machine learning) y redes neuronales profundas (deep learning).
Los nuevos algoritmos (secuencia ordenada de instrucciones) aprendieron a reconocer patrones directamente de los datos, sin necesidad de programación explícita, impulsando una nueva generación de sistemas inteligentes.
Hoy la IA está presente en todos sectores de la sociedad: en los asistentes virtuales, diagnósticos médicos, plataformas de streaming (escuchar y ver contenido en tiempo real por Internet), sistemas de navegación y educativos, además, optimizando la agricultura, prediciendo enfermedades y potenciando la creatividad humana.
Próxima entrega, infraestructura e inversiones que hacen posible esta revolución tecnológica que va moldeando el futuro de la humanidad. (Investigador colaborativo: Diógenes Santos)